Vuelve el turismo estudiantil: “Vamos a estar en la lupa del país”

Por Ceci Russo
Especial Bariloche

Los ministerios de Salud y de Turismo y Deportes de la Argentina anunciaron que a partir de octubre las provincias podrán retomar los viajes de egresados, que habían sido suspendidos a finales de marzo, en el marco de la segunda ola de Covid-19. La medida es clave para terminar de completar los viajes reprogramados de decenas de miles de jóvenes.

Desde luego, la primera provincia en sumarse será justamente Río Negro, donde se encuentra Bariloche, que hace tiempo viene solicitando la rehabilitación de este segmento y cuyos sectores público y privado celebraron esta medida. En este contexto, el secretario de Turismo de la ciudad andina, Gastón Burlón, habló con Realidad Económica sobre los últimos detalles de los protocolos y requisitos que prestadores, agencias, operadores y gobiernos están ajustando.

¿Cómo tomaron el anuncio?

Estamos muy contentos, terminando de trabajar algunos puntos con el ministro de Salud (Fabián Zgaib) conjunto con la ministra Carla Vizzotti pero felices por el anuncio.  Tenemos la fecha y ya las empresas están diagramando las llegadas.

«Es imposible que no se contagie una sola persona (…)  Lo que hay que hacer es tener controlada la situación»

En una primera instancia, ¿cómo será el protocolo?

En una primera etapa, van a arribar a la ciudad 3.000 estudiantes por semana, y el cupo se irá ampliando en la medida de que se vaya evaluando cómo se desarrollan los viajes. Para tener en cuenta, en una época normal, Bariloche recibe 10 mil egresados por semana. Los protocolos y la cantidad de chicos que vengan están consensuados con las empresas de servicios, con los hoteleros,  con los operadores, con Nación. Fue presentado en el plan de apertura de Provincia. Vamos a estar en la lupa del país. Vamos a hacer las cosas con mucho cuidado, con mucha responsabilidad.

Del verano a ahora, con la vacunación sobre todo, cambió la situación…

Vamos a arrancar con chicos que tenían que venir en 2020 y que tienen 18 o 19 años, hasta pueden estar vacunados con las dos dosis, e incluso sus contactos, como la familia, también deben haber iniciado o completado su esquema de vacunación. También la mayoría de los trabajadores del sector están vacunados. Esperemos que todo esté más tranquilo.

En cuanto a los requisitos de ingreso, a los que ya tuvimos en el verano se agregaron los testeos y aforos a nivel ciudad. Los protocolos son los mismos.

«Hay gente que hace 17 meses que no trabaja y sabe que si esto no sale bien corremos el riesgo de que se pare todo otra vez»

¿Cómo va a ser lo de los testeos?

Para esta temporada, los chicos deben hacerse una prueba de Covid-19  48 horas antes de salir y es el laboratorio quien entrega los resultados a la empresa, con el fin de evitar documentación errónea o falsa. El día de salida va haber otro testeo más en origen o al llegar a Bariloche para poder saber que los chicos que ingresaron realmente están sanos.

Si sale un positivo o un chico tiene síntomas, en seguida hay que aislarlo. En el verano teníamos un hotel exclusivamente para eso. Ninguno ocupó camas en el hospital y no necesitó de los servicios médicos de la ciudad porque cada empresa tiene su cobertura privada que los asiste. Se están reforzando esas situaciones.  De todos modos, es imposible que no se contagie una sola persona. Pasa con el turismo individual, con cualquier tipo de circulación. Lo que hay que hacer es tener controlada la situación.

«Van a arribar a la ciudad 3.000 estudiantes por semana (…) En una época normal, Bariloche recibe 10 mil egresados por semana»

 

¿Cuáles son las expectativas en el sector?

Todos somos conscientes de que si esto no sale bien, el perjudicado es el destino y los prestadores locales, tanto en hotelería como los de otros servicios. Hay gente que hace 17 meses que no trabaja y sabe que si esto no sale bien corremos el riesgo de que se pare todo otra vez. Te puedo asegurar que hay un compromiso de todos los sectores.

Si nosotros volvemos a parar el turismo estudiantil, va a ser muy difícil volver a empezar y tenemos que sostener la venta para el año siguiente. Si no saben si van a venir o cuándo, los chicos no están con ganas de comprar el viaje. Entonces no se están vendiendo viajes para los próximos años. Todos lo entendemos. El privado va a poyar muchísimo y va hacer cumplir los protocolos para que esto pueda funcionar de la mejor manera.