Veranada: conflictos por el estado de las huellas de arreo

Por estos días, los productores trashumantes de la Provincia conducen sus piños y majadas a los campos de la veranada en busca de aguadas y mejores pastizales. Es una práctica con origen ancestral que se está viendo complicada por el estado de los callejones de arreo, lo cual enfrenta a productores y crianceros.

Desde hace por lo menos seis meses desde ambos lados se levantaron banderas de alerta por los alambrados caídos, partes intransitables y callejones con desechos de incendios.

Marcelo Nogueira, productor de Loncopué en conflicto con los crianceros, dialogó con Luciano Fernández y dijo: “En mi campo tenemos un callejón que falta ser terminado. Yo autoricé a que a partir de hoy (martes) puedan pasar igual. Me comprometí a eso”.

Asimismo, el productor comentó que un incendio arrasó con todo en el segundo callejón de la zona, el cual atraviesa cinco campos y es propiedad de la Provincia. “No quedó ni un poste, ocurrido en enero de 2017, y aún sigue sin un poste en pie”, dijo y agregó: “La gente está exaltada. Hubo disparos y corte de ruta. Pero hay interés en resolver el problema”.

¿Cuantos son los crianceros que desplazan a sus animales? Mónica Bendini, Pedro Tsakoumagkos y Carlos Nogues, del Grupo de Estudios Sociales Agrarios (GESA) -Universidad Nacional del Comahue-, nos brindan esos datos en su reporte “Los crianceros trashumantes en Neuquén”. “El territorio en el cual los crianceros llevan a cabo sus actividades se extiende desde el sur de la provincia de Mendoza hasta el centro de la provincia de Chubut, aunque la mayor densidad se da en las provincias del Neuquén y de Río Negro. (…) En estos ámbitos, hay unos 7.500 crianceros. El tamaño de sus rodeos (constituidos por “majadas” de ovinos y “piños” de caprinos, con algunos yeguarizos y bovinos), medidos en unidades ovinas (UO) puede llegar hasta 1000 unidades, siendo éste el umbral de capitalización; y el valor modal se ubica en el estrato de 250-500 UO”.