LU5 Agro
Reclamo de los productores frente a las pérdidas y el impacto de la tormenta

En medio de la cosecha, los productores agropecuarios del Alto Valle se encuentran sumidos en un mar de incertidumbre y frustración. La reciente tormenta, que azotó la región, dejó graves consecuencias para el sector frutícola, con pérdidas de frutas, daños en las chacras y en los galpones de empaque, sumado a los cortes de luz que afectaron la cadena de producción. Sin embargo, lo que más preocupa a los productores es la falta de respuesta de las autoridades ante sus constantes reclamos.
En una reciente entrevista en LU5 Agro, con Eduardo Artero, presidente del Consorcio de Riego de Cipolletti y productor frutícola, se visibilizó la desesperación del sector. Artero destacó que, a pesar de haber solicitado reuniones con funcionarios como Carrascozzi y Pierdomenici hace dos meses, aún no han recibido respuestas. “Nadie nos llamó, nadie nos juntamos. Como si hubieran hecho oídos sordos a nuestros pedidos”, expresó, evidenciando el descontento de los productores por la desatención por parte de las autoridades. La cosecha, que continúa en marcha en todo el valle, se ve afectada por las malas condiciones de la fruta.
“Lamentablemente, la cosecha es muy mala. Hay un 30% o un 40% de frutas en buen estado, y las que quedan, especialmente las de la variedad Gala, no las quieren ni para una pasada. Muchos productores están enviando fruta del año pasado a la industria, lo cual nunca se había visto”, señaló Artero.
Además, el panorama se agrava con las políticas económicas que afectan al sector, como el aumento de costos en la industria, que sube un 200% en algunos insumos esenciales como el FUNPAC, cajas y papel.
“La fruta vale un 50% menos que el año pasado, pero todos los costos suben de manera alarmante. No sé en qué va a terminar este año, pero es muy complicado”.
El malestar también se extiende a las instituciones que deberían respaldar a los productores. La falta de acción de la federación y de otros organismos está creando divisiones dentro del sector. “Las discusiones entre los productores y las cámaras no suman nada. Nos estamos perjudicando entre nosotros, mientras que los que realmente viven de la fruticultura, como las empresas de embalaje o los transportistas, no pierden ni un peso”, señaló.
Además, la situación se vuelve más crítica con las nuevas regulaciones que afectan la producción, como el protocolo con Brasil y las exigencias de seguridad en la planta.
“Nos obligaron a poner dispensers, pero ahora ni siquiera podemos vender a Brasil. ¿Para qué tanto esfuerzo y dinero?”, se cuestionó Artero, resaltando la falta de coherencia y apoyo del gobierno.
Por otro lado, los productores no se sienten escuchados por los legisladores ni por el Gobierno. La propuesta de declarar el estado de emergencia, que se discutió en las últimas semanas, no ha dado frutos.
“La emergencia no sirve si lo único que hacen es prorrogar las deudas. ¿Y qué pasa con el resto? No se está haciendo nada real por los productores. Lo único que se busca es el aplazamiento de pagos, pero no una solución de fondo”.
El año 2025 se perfila como un año caótico para los productores del Alto Valle, quienes ven cómo se les escapa de las manos el futuro de sus cosechas, mientras el mercado no responde y los costos siguen aumentando. “El único que pierde es el productor. Y algunas empresas también se están quedando sin poder pagar, lo cual genera una crisis que nadie parece querer enfrentar”, concluyó Artero.
Este panorama pone de manifiesto la difícil situación que atraviesa el sector agropecuario en la región, con una falta de respuesta institucional ante las urgentes necesidades del campo. Sin apoyo, con la cosecha en marcha, pero con perspectivas inciertas, los productores agropecuarios del Alto Valle se sienten más desamparados que nunca.