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“No competimos con Vaca Muerta pero somos una alternativa”

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En días en que casi se termina la cosecha de cerezas en El Valle y comienza la etapa fuerte de comercialización, Carlos Enriquez, de Vista Alegre, repasó cuáles son los desafío de la producción en términos de mano de obra, comunicación y  levantó una bandera de alerta: “Si llegan a venir inversores, está el dinero pero no está la gente con el conocimiento para poder hacer el trabajo”.

Ya se puede empezar a hacer un balance, ¿cómo viste esta temporada?

Siempre uno va haciendo balances en cada una de las etapas que va desarrollando. Hoy el balance que podemos hacer es que es un año de muy buena calidad, gracias a Dios el tiempo nos ha acompañado, no han habido lluvias, no han habido factores climáticos que afecten la calidad de la fruta y eso es clave para ofrecer un producto de calidad.

En esta zona, todos los años siempre tenemos fenómenos a principios de septiembre o fines de agosto, que realmente nos asustan y hasta último momento no sabemos con qué cantidad de fruta vamos a contar para cosechar y exportar. Creo que todos estamos preparados con equipos de heladas y eso hace que, de alguna manera, podamos cubrir ese problema.

Estás desde el minuto cero, ¿ya te estás acercando a tu techo de producción?

Si bien es nuevo el proyecto ya estamos en una etapa donde las plantas ya tienen una edad mínima para producir y en el camino vamos logrando mayor volumen necesario para poder bancar toda esta inversión. Las buenas condiciones climáticas han hecho que los niveles de exportación, el porcentaje de importación, sean altos.

“Si llegan a venir inversores, está el dinero pero no está la gente con el conocimiento para poder hacer el trabajo”

¿Qué vas hacer ahora?

Creo que hay que tener límites y ser conscientes de lo que es este producto, lo delicado que es. Alcanzamos nuestro objetivo de plantación, ya hemos replantado también. Pero queremos consolidarnos con el producto que tenemos y hacerlo de la mejor manera. Hoy el mercado, no paga porque es cereza, paga lo bueno y hoy tenemos que jugar con grandes players y eso hace que nos tengamos que esforzar todos, en tecnología de empaque, de frío, de logística y de capacitación de toda la gente. 

Necesitamos incorporar un montón de conocimiento, necesitamos incorporar un montón de cuestiones y los chilenos, creo, son el Norte donde nos tenemos que reflejar y tratar de ver cómo nos podemos complementar con ellos para tener una oferta de excelencia. Argentina, en ese sentido, no es un competidor de Chile, es un complemento importante, desde Mendoza hasta Los Antiguos, con cuatro meses y medio de frutas. Poder cubrir las góndolas con productos argentinos de cerezas, fortalece la industria y la marca país.

¿Cómo evaluás al resto de los productores?

Es muy temprano para criticar, y no soy quién para criticar. Cada uno con sus herramientas hace de la mejor manera las cosas. Estamos nucleados en una cámara, y desde allí trabajamos gremialmente para  mejorar toda la cadena de la industria, tanto logística, lo que tenga que ver con agroquímicos, una infinidad de temas que tenemos y que los tratamos a nivel gremial y que tratamos de ser escuchados para facilitar e insertarnos en una dinámica de mucha velocidad. La cereza es un producto perecedero y necesita soluciones rápidas. En Mendoza, estamos Neuquén, Santa Cruz, Chubut, estamos nucleados bajo ese paraguas. Obviamente, la territorialidad es muy grande y a veces no nos podemos juntar para discutir varios temas, pero hoy los medios hacen que podamos estar en línea para discutir las cosas importantes y tomar decisiones.

“Los de la cereza no van a ser los valores que paga Vaca Muerta, pero es una salida laboral como cualquier otra y que ayuda a muchas familias” 

¿Y qué nos podés decir sobre la mano de obra?

Lo que es la parte de cosecha, también se van consolidando los grupos de trabajo. Todos los años, a la gente le gusta venir a nuestro proyecto porque tiene volumen, son montes fáciles de cosechar, la gente tiene mayor rendimiento y cada año, mas habilidades. Este año fue muy bueno. A veces cuando hay grandes grupos, se hace lío. Pero se han comportado de forma excelente y eso hace que no se pierda el foco en esto. Y garantizar que todos los años pueda sumar más gente, de dónde sea. Ojalá pudiese sumar mano de obra local, sin tener la necesidad de darle alojamiento, que la gente vaya a dormir a su casa. Pero en el pico de cosecha, cuando estemos a full, vamos a necesitar entre 500 y 600 cosechadores. No tenemos la capacidad de alojar a toda esa gente y administrar a un grupo humano de 600 personas en lugares donde no estamos preparados como empresa, para administrar durante 30 o 45 días esa cantidad de gente. Ojalá que año a año se sume gente local.

 

Qué difícil es que se tome dimensión del impacto de una producción intensiva como la cereza en la generación de empleo, ¿no?

Sería bueno trabajarlo de distintas maneras. Socialmente, también. Que los chicos de las escuelas puedan conocer la industria, puedan interiorizarse. Darle conocimiento. Creo que hay mucho desconocimiento, localmente. Me ha pasado, gente amiga, conocidos, que van a la empresa y nunca pensó que era tan complejo, uno ve una cereza en cualquier lado y piensa que se cosechó y llegó sola al lugar. Todos los procesos y cuidados que hay que tener para llegar con un producto de calidad, son desconocidos. También es parte de la comunicación y de la apertura  que hay que tener para que la parte del Estado, las escuelas puedan conocer…

Ahora terminas la cosecha y, desde la cámara, deberán ocuparse de eso, ¿no?

Y hay que acercar al Estado. Hay que acercarlo con el sector privado, ver cuáles son las políticas del Estado y del sector privado, porque obviamente no competimos con Vaca Muerta  pero somos una alternativa a otro tipo de actividad. Y damos posibles colocaciones de empleo a gente que capaz no tiene la preparación o las habilidades para determinadas actividades. Por ejemplo, en la planta de empaque el 90% son mujeres. Podemos incorporar un segundo sueldo a las familias, podemos ofrecer un conocimiento de cómo hacer las cosas, crear una historia y eso es lo que va a hacer la industria. Si llegan a venir inversores, está el dinero pero no está la gente con el conocimiento para poder hacer el trabajo. También hay que adecuar… Es un producto nuevo, con una dinámica muy distinta a la manzana, esto en 30 días, empezaste y terminaste la carrera. Entonces armar todo esto en una industria, en 30 días, y generar 500 puestos de trabajo, donde en el año trabajan 60/70 personas, es una inversión tremenda, necesitamos poder enseñar a la gente lo que es este trabajo. Tiene que haber recepción de todos lados. Nosotros hemos comunicado la necesidad, publicando búsquedas laborales pero también se necesita muchas veces ser escuchados y generar políticas que permitan generar ese empleo. No van a ser los valores que paga Vaca Muerta, pero es una salida laboral como cualquier otra y que ayuda a muchas familias. 

“Argentina es complicada para invertir, nos miran de afuera con mucho recelo”

Tu mayor cantidad de cerezas está flotando rumbo a China…

Termina un etapa y empieza otra, porque yo en 15 días estoy yendo a China a ver cómo llega la fruta, a visitar a los clientes, a los mercados. Hay que hacer un seguimiento, no es cuestión de sacar la fruta, y se terminó, y la plata viene sola. Hay mucho que hacer. Ahora empieza la parte comercial y de cobranza, tan importante como la otra etapa. Creemos que hemos hecho las cosas bien para que la fruta llegue en buen estado pero tengo mucha experiencia en que no siempre lo que sale bien  llega bien.

Entonces, hay que ser prudente a la hora de contar las cosas porque en el medios siempre hay situaciones que no están contempladas. Esperemos terminar una buena temporada porque eso nos permite ver hacia adelante. Tener una buena microeconomía también es importante, porque nos están mirando de afuera para invertir. Argentina es complicada para invertir, nos miran de afuera con mucho recelo.