Entrevista Realidad Económica
La historia de Casa Pirque, entre la monarquía y los vinos de colección

“La historia empieza con la condesa italiana, Noemi Marone Cinsano, que llega a Argentina de la mano de su pareja que estaba trabajando en el valle. Ella se enamora de este lugar y como buena mujer de familia del vino, ella con sus ojos logra detectar que ahí arriba en ese lugar se podía producir un sabor que era totalmente distinto. Y el problema es que no había agua…”, así comienza la charla con Felipe Menéndez, dueño de Casa Pirque, un emprendimiento vitivinícola que se está desarrollando en Valle Azul (Río Negro) y que sorprende al mundo del vino.
¿Cómo fue tu desembarco en la Patagonia?
Es una historia larga. En el 2008 nosotros probamos por primera vez una botella de un vino en el que etiqueta decía “Valle Azul”.
No sabíamos bien de qué se trataba. Estábamos en una mesa de trabajo probando distintos vinos y alguien trajo esta botella que nos dejó a todos completamente sorprendidos, desconcertados… No entendíamos muy bien ese sabor, era nuevo.
¿Por qué?
Porque era un vino muy intenso, tenía la intensidad como de una latitud más propia del norte, pero la etiqueta decía Patagonia y tenía la frescura de una zona fría y esa combinación nos resultaba exótica.
Esa fue la primera vez que lo probamos. El vino venía de este viñedo chiquito plantado en la parte alta de la barda, donde nunca nadie había plantado antes nada porque no había agua.

“Hemos dado plantas a algunos productores chicos y parte del objetivo nuestro es que en Valle Azul se desarrollen más productores”.
Y hay una parte de la historia que es aún más exótica…
La historia empieza con la condesa italiana, Noemi Marone Cinsano, que llega a Argentina de la mano de su pareja que estaba trabajando en el valle. Ella se enamora de este lugar y como buena mujer de familia del vino, ella con sus ojos logra detectar que ahí arriba en ese lugar se podía producir un sabor que era totalmente distinto.
Y el problema es que no había agua y ella, como una mujer muy rica y convencida de que allí había algo especial para explorar, decide llevar el agua desde el río, 7 kilómetros para arriba, armando un acueducto como buena romana y le manda agua a la parte alta de la barda donde el suelo es completamente diferente de las orillas del río.

“Es una arcilla muy pesada que hemos visto antes en un lugar en Francia, en la parte alta de lo que se llama Pomerol”.
Ahí encontrás un suelo mucho más de greda, es una combinación de ceniza, piedra, mucho carbonato de calcio y dos metros más abajo tenés una arcilla, nosotros la llamamos la arcilla azul. Es una arcilla muy pesada que hemos visto antes en un lugar en Francia, en la parte alta de lo que se llama Pomerol, de donde viene el vino más caro del mundo que es Château-Petrus.
La botella de Petrus cuesta más de 4000 euros al público y no la conseguís. Ese vino viene de 11 hectáreas de una arcilla que es muy pesada como la que encontrarás cuando te vas dos metros para abajo, allá arriba en la barda.
¿Cómo sigue la historia?
Empezamos a conocer más sobre lo que esta mujer había hecho y finalmente ella decide dejar Argentina muchos años después.
Nosotros estábamos ya en el momento de comprar el campo vecino y plantar otro pequeño viñedo allá arriba.
Nos fascinaba la idea de que esta italiana había descubierto un territorio nuevo para hacer vino y que era tan extenso como desde la cordillera hasta el mar.

“Ahí encontrás un suelo mucho más de greda, es una combinación de ceniza, piedra, mucho carbonato de calcio y dos metros más abajo tenés una arcilla, nosotros la llamamos la arcilla azul”.
¿Se confirmó esa idea inicial?
Estudiándolo nos dimos cuenta que se concentraba en cinco kilómetros, en esa porción donde ella compró.
Hicimos la cosecha 2018, después hicimos la 2019 y finalmente compramos un campo de al lado para hacer crecer el viñedo y acabamos de plantar 22 hectáreas.
Nuestro objetivo es plantar unas 10 más repartido ahora en los próximos tres años. Y estas 22 hectáreas que pusimos ahora son las 22 nuevas hectáreas que se plantaron en la provincia en los últimos 18 años.
Hay toda una cuestión ahora de una oportunidad de desarrollar más viñedos en Río Negro por la disponibilidad de agua.

“Hay que intentar lograr un nuevo vecindario ahí de producción. Como si fuera un polo vitivinícola, una cosa así en Valle Azul”
Pero hay otras inversiones que se están haciendo también en Río Negro.
Sí, se han plantado extensiones de viñedos, pero en este caso estaríamos hablando de una sola vez. De hecho, nosotros le hemos dado plantas a algunos productores chicos y parte del objetivo nuestro es que en Valle Azul se desarrollen más productores.
Y para ello estamos hablando con los vecinos y ayudándolos a que ellos pongan un poquito más de viña y nosotros los ayudamos a hacerlo y después obviamente a desarrollar el crecimiento de esa viña con ellos.
Hay que intentar lograr un nuevo vecindario ahí de producción. Como si fuera un polo vitivinícola, una cosa así en Valle Azul.
¿Qué plantaste en esas 22 hectáreas?
Había Malbec, Merlot, Petit verdot. Le hicimos un vivero el año pasado con la poda y pusimos 10 hectáreas de Pinot.
Así que pusimos 12 hectáreas de más Merlot, que es lo más rico acá. Combinado con el Malbec me parece que es el corte para la zona. Es muy buena esa definición, que es Malbec, Merlot.
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