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LU5 Agro

Carrascos: “Me agarró Covid un día antes de empezar la cosecha”

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“Río Negro tiene juventud y con las 20.000 hectáreas improductivas que hay podríamos hacer la gran reforma agraria”, dijo el productor Carlos Carrascos. En una extensa charla con LU5 Agro tras reponerse de Covid-19, compartió su sueño de desarrollo para la provincia: “Cierro los ojos y me imagino escuelas agrotécnicas a lo largo y ancho de toda la provincia, sueño con chicos que salgan de Agronomía y que en lugar de ir a mendigar un puesto de trabajo, tengan un pedazo de tierra en la que tengan una economía de escala, que pudieran incorporarse al mundo de desarrollo”.

¿Estás con otra cabeza desde que te contagiaste de Covid?
Eso pensé yo (se ríe con ganas) pero se vuelve a la rutina. Hay algo cierto es que no se llega a esta edad sin querer lo que uno hace. Uno puede hacer lo que uno no quiere a los 20, pero ahora uno llega haciendo lo que quiere hacer. Seguimos con la rutina.

¿Te pegó mal?
Si, es complejo. Además de la terapia intensiva, pasó más de un mes y no se termina de normalizar la memoria. Eso además de la oxigenación, pero la memoria es como que alguna secuela ha dejado. Recomponerse toma mucho.

¿Tuviste miedo?
Si, por supuesto. Uno recorre la vida desde la niñez hasta la adultez. Y pensá que en la terapia intensiva ves como la mitad sale por otra puerta. La otra cosa es que el tratamiento en terapia tiene de alguna manera un maltrato de la persona por la soledad, el no tocar, estar aislado… 

¿Y volviste a la chacra y ya había arrancado la cosecha o todavía no?
Me agarró Covid un día antes de empezar la cosecha. A las 4:30 de la tarde de un día antes me dijeron que tenía Covid y todo atado con alambre pero funcionó. La gente puso lo mejor de sí para que la cosa saliera. Uno reniega, pero esos días que uno no estaba, todos ayudaron a que la cosa continuara.

¿Tenes a gente de la familia apoyando?
Tengo una gran compañera, que también agarró el virus los mismos días y ella se quedó en la casa así que con el teléfono fue ayudando. También tengo una hija, que es contadora, y se dedica a lo suyo. Ese es mi equipo.

¿Encaraste la cosecha de afuera?
Con sufrimiento porque uno sabe que las cosas están atadas con alambre y de alguna manera el personal juega muchísimo. Uno reemplaza el gran capital por la dedicación de horas, de sábados, domingos… Se sufre eso pero fue saliendo. Lo peor no ocurrió. Mi balance de la temporada es que el Covid no avanzó como uno podía sospechar en todos los trabajadores que vinieron al Valle. eso hubiera sido lo macabro de la cosecha.

¿Cómo venís con los tiempos?
Se sacó todo el tiempo y forma. Sólo queda la manzana, que falta color. Le falta un cachito de color pero ya vamos a poder arrancar todos.

“Un abandono total”

¿Cómo ves el contexto?
No ha cambiado la política frutícola en los últimos 30 años y como los resultados han sido los que son, evidentemente no hay expectativas de cambios. Creo que la fruticultura tiene un abandono total. De (Horacio) Massaccesi para acá  la provincia de Río Negro deja mucho que desear. Todos los sectores de la economía argentina a lo largo de la historia, desde muy lejos, de alguna manera saben hacer lobbies y encuentran el camino. La fruticultura ha mostrado un fracaso total y absoluto, nunca ha podido conformar una idea para hacer que los gobiernos cambien alguna política. 

Es evidente que los resultados están a la vista y no es culpa de los productores, que somos la gran variable de ajuste del sistema. Hay un grado de indolencia en los dirigentes y son impresentables. Hay una falta total de dedicación y compromiso. Lo adjudico a algunos factores que no se dicen normalmente. Los sectores concentrados de la fruticultura negociaron con todos los gobiernos. Estamos asistiendo a los peores precios históricos de la pera y no te dicen nada. Hemos regalado la pera de esta temporada. 

Me preguntas “¿cómo la ves?” y no la veo bien para adelante. Si no hacemos nada, no va a pasar nada. Esa es la única verdad. 

Leía que salió un fallo de un resarcimiento 20 años más tarde…
La otra vez hacía un cálculo y cada tres días se fundió un productor en los últimos 20 años. Sabes la cantidad que se fundieron y recién ahora algún fallo dio un resarcimiento porque algún galpón no pagó el precio de sostén… Pasaron años y capaz que te fundiste en el camino y todo esto se hace a la luz de la política y esa es la bronca que uno tiene.

Río Negro se ha transformado en una provincia que todos los días mira a ver cuánto le dan de coparticipacion, cuánto recibe por vender las concesiones petroleras hasta 2050, 2100… Teniendo una fuente inagotable como es la pera y la manzana, y la hemos dejado fundir en beneficio de muy poquitos. Uno dice: “Mirá qué bueno los fallos”. ¡20 años! y mucha gente quedó en el camino y yo siento vergüenza por eso

¿Qué pensás del tema del instituto de la pera y la manzana?
Una de las conquistas más grandes del sector del campo fue la ley de la yerba mate. Cuando uno dice “¿viste qué cara que está la yerba?”, los productores de la yerba cobran (enfatiza), cobran. Si no cobramos, va a valer nada. tendrá que valer todo lo que consumimos. No se puede pagar menos de lo que cuesta producir porque nos fundimos. Si vos hiciste los gastos y tenes un producto para comercializar en fresco, ¿Por qué no se puede pagar un precio mínimo? Acaso no lo tuvo el petróleo de las multinacionales y por qué no nosotros.

¿Pensás que está perdida la batalla?
Creo que no porque Río Negro es una sociedad de jóvenes. Tiene juventud y con las 20.000 hectáreas improductivas que hay podríamos hacer la gran reforma agraria. Cierro los ojos y me imagino escuelas agrotécnicas a lo largo y ancho de toda la provincia, sueño con chicos que salgan de Agronomía y que en lugar de ir a mendigar un puesto de trabajo, tengan un pedazo de tierra en la que tengan una economía de escala, que pudieran incorporarse al mundo de desarrollo. Está claro que si no hacemos un cambio muy grande, los últimos mil productores que quedan vamos a ir terminando y si no hay muestras, es muy difícil retomar la posibilidad que los jóvenes se puedan entusiasmar con dedicarse a la agronomía. Se corre el riesgo que en los próximos 5/10 años no queden más pequeños y medianos productores en la fruticultura.