Emprendedores
Malón, un espacio que invita a hacer cosas
Entrevista a Claudio Arce, de Malón Coworking
Desde noviembre de 2017, Malón ofrece espacios de trabajo compartido -donde se pueden ver a emprendedores o pymes en un perfecto ámbito de convivencia- en el corazón de Neuquén. Claudio Arce, uno de los fundadores del espacio, charló con Realidad Económica y nos contó cómo ve el ecosistema emprendedor neuquino, cuál es el (súper) gran desafío que encararán este año y se reservó tiempo para hablar del espíritu que mantiene a los maloneros.
¿Cómo contás Malón?
Me gusta decir que Malón nació como un espacio de juego, un lugar de encuentro, de sinergia y de comunidad. Nació a unos meses de haber creado Fidtech, que es nuestra empresa de desarrollo de software, y dijimos: ´Creemos nuestro espacio´ y, después, ´¿Por qué no hacer que sea ese espacio de juegos donde vienen otros emprendedores, pymes o individuos que trabajan en tecnología y desarrollo?´. Cuando abrimos la puerta, empezaron a aparecer distintas profesiones, hoy tenemos contadores, arquitectos, una empresa de seguros… Cuando abrís la puerta, la gente entiende que es un espacio para compartir lugares de trabajo.
¿Cuál es la dinámica de Malón?
Hace más o menos 10 años que se empezó a trabajar en este concepto y es bastante estándar. En coworking tenés espacios en los que podés sentarte a trabajar y disponer de un lugar cómodo en este espacio compartido; tenemos pisos donde hay oficinas privadas, un espacio cerrado que a su vez comparten el comedor, la cafetería o la sala de reuniones con todos; y también hay espacios abiertos pero permanentes.
Malón como concepto está vigente desde noviembre de 2017, que teníamos un piso en la Av. Argentina y a los pocos meses apareció la oportunidad del edificio en el que estamos hoy, es de 7 pisos. Nos subimos porque tenemos un pequeño grupo de empresas y podíamos ubicarlas y además podíamos tener 5 pisos para coworking y el último piso es el auditorio y la cafetería.
¿Cuál es el balance de estas dos etapas?
Súper positivo. Malón no es un desarrollo netamente comercial. Si lo pensáramos sólo monetariamente, no es algo absolutamente rentable. Tiene sentido por otro lado, por la gente que empieza a venir al coworking, los proyectos que van saliendo y porque se va transformando en usina de nuevas cosas. A veces, en este mundo, creo que hace falta que pongamos un poco de recursos para generar movidas, no sólo invertir y ver si ganas o perdés, sino generar movimientos. Por eso decimos que Malón es un espacio donde invitamos a la gente a hacer cosas.
¿Crees que deberían haber hecho algo de un modo distinto?
No, para nada. le pusimos pasión y nos gusta que la gente vea el cariño que le pusimos desde el cuidado de un montón de detalles, el diseño… Por ejemplo, en marzo estamos viendo si vienen dos profes de yoga para dar clases, o talleres de dibujo o de diseño web, todo el tiempo estamos pensando en hacer cosas.
De cara a este año que está arrancando, ¿cuáles son los desafíos de Malón?
2018 fue de mucho aprendizaje, estamos todo el tiempo haciendo mejoras de nuestro servicio. Y en mi escritorio, en este momento, tengo la presentación del desafío de Malón para 2019: la invitación de una constructora para desarrollar un Malón en el Parque Industrial con perfil de empresa, con servicios adicionales. Eso será el gran desafío.
“Soy optimista en que, si sos inteligente, creativo, innovador, persistente y si formas equipos de trabajo fuertes, tenes oportunidades en cualquier parte del mundo.”
Entrarían de lleno al boom de Vaca Muerta…
Estar ahí va a generar tener un pequeño distrito de oficinas, un lugar para que las empresas pequeñas puedan alojarse ahí. Esperemos generar estos lugares donde también empresas grandes tengan su lugar.
Creo que es tan grande el ecosistema de servicios petroleros que hay empresas pequeñas o tal vez de un sólo ingeniero, hay miles de ejemplos.
¿Cómo describirías al ecosistema emprendedor de la región?
Creo que a veces la palabra emprendedor se ha utilizado demasiado para aludir a distintas cosas y se le ha quitado el real valor de lo que implica el esfuerzo, el compromiso, el tesón que se debe tener quien debe aprender a ser empresario.
Empresario no significa ser un gran hombre de negocios sino que tenés que tener un montón de herramientas para que tu proyecto sea consistente, tenés que saber de finanzas, de gestión contable, tenes que saber algo de cómo funcionan los bancos, de stock, de estrategia comercial, de branding, etc.. No es tan fácil. Entonces, creo que hay confusión entre los emprendedores, pasan muchas cosas y a veces se nubla un poco el paisaje Argentina es un país complejo, que no ayuda. Acá el esfuerzo vale doble. Mientras podamos, hay que sumar materia gris para generar espacios entre los que estamos acá, y la tecnología ayuda a acercar fronteras.
¿Sos optimista?
Soy optimista en que, si sos inteligente, creativo, innovador, persistente y si formas equipos de trabajo fuertes, tenes oportunidades en cualquier parte del mundo. Hoy la tecnología te permite generar oportunidades. Si tenés una buena idea y la fortaleces con una estructura empresaria, la vas a poder materializar.
Redacción: Carla Barbuto
Producción: Cecilia Russo
Fotos: Gentileza Malón