El sector agropecuario ante la falta de prórroga para la baja de retenciones

El presidente de la Nación, Javier Milei, anunció que no se extenderá la baja temporal de los derechos de exportación, que había sido implementada para aliviar al sector agropecuario. Esta medida, que finalizará en julio, ha generado preocupación en el sector, especialmente en las economías regionales.

En una entrevista con Realidad Económica, Mario Ratieri, secretario de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), detalló cómo la decisión del Gobierno fue recibida por los productores. Ratieri señaló que, si bien la normativa había establecido que la baja de retenciones finalizaría el 31 de julio, la situación de las economías regionales es preocupante. Las retenciones y la caída de los precios internacionales, junto con el aumento de los aranceles promovidos por Estados Unidos, agravan aún más las dificultades económicas para los productores.

El dirigente expresó que, si bien entendían que la eliminación de las retenciones era una promesa electoral, esperaban que se prorrogara o que, al menos, se aplicara una reducción gradual hasta la eliminación completa de los derechos de exportación. La carga impositiva, según Ratieri, pone al sector agropecuario en una desventaja considerable a la hora de competir en los mercados internacionales, situación que se ve aún más complicada con las recientes modificaciones en el tipo de cambio.

El sector se enfrenta también a una devaluación que, aunque en teoría podría haber mejorado la competitividad, ha incrementado los costos de producción. Ratieri explicó que la nueva banda cambiaria ha generado incertidumbre, especialmente para los productores de trigo y cebada, quienes, debido a los altos costos y la baja de precios, ven comprometida su rentabilidad.

En cuanto a la expectativa de que la baja de retenciones se mantuviera más allá de julio, Ratieri destacó que, aunque sabían que la medida estaba normada, la esperanza de una prórroga seguía vigente en el sector. Para los productores, la eliminación de las retenciones permitiría no solo mejorar su competitividad, sino también incentivar la siembra de cereales como el trigo y la cebada, generando mayores volúmenes de producción y, por ende, mayores ingresos para el país.

Un tema central en la discusión fue la falta de incentivos para que los productores liquiden sus exportaciones. Ratieri indicó que, aunque el Gobierno no ha directamente presionado a los productores, sí existen señales de que se les insta a acelerar las ventas. Sin embargo, la incertidumbre climática y económica hace que los productores no vean conveniente apurar las ventas en este momento, especialmente en zonas como el sudeste de la provincia de Buenos Aires, donde el clima ha jugado un papel crucial.

El secretario de CONINAGRO también destacó que la mayoría de los productores en Argentina son pequeños y medianos, por lo que el impacto de las políticas económicas es aún más profundo. La actividad agropecuaria, según Ratieri, es esencial no solo para la generación de divisas, sino también para garantizar la soberanía y la seguridad alimentarias del país.