Regionales
El ecocidio más fuerte de la Patagonia, en primera persona

El panorama es completamente desolador. Además del humo, calor y cenizas, lo único que se percibe en el aire de la Comarca Andina es tristeza y bronca. Y es que en pocas horas el fuego arrasó con más de 200 viviendas en las localidades de El Hoyo, Lago Puelo, Cushamen, Cholila, Cerro Radal y Las Golondrinas.
El domingo pasado, un foco de incendio que comenzó en la frontera entre Río Negro y Chubut comenzó a preocupar a los habitantes de la región, sobre todo luego del fuego que se inició el pasado 24 de enero en la zona de Cuesta del Ternero, cuyas llamas devoraron cerca de ocho mil hectáreas.
En este caso, el fuego se dirigió al sur y fue controlado, los siguientes días, por brigadistas y bomberos de diferentes rincones del país.
Sin embargo, el martes pasado, en la zona de Las Golondrinas, el viento hizo que las llamas se expandieran a una velocidad que hizo imposible contenerlas. Por un lado las llamas avanzaron sobre el cerro Currumahuida y por otro lado, el incendio del paraje se propagó por el faldeo del Piltiquitrón, ingresando a las localidades de El Hoyo y Lago Puelo.
El fuego siguió toda la noche. La desesperación de los pobladores era gigante. En pocas horas, lo perdieron todo; en un instante, desaparecieron los bosques bajo las llamas.
“Parece que cada vez viene algo peor: pasó lo del hantavirus que nos golpeó un montón, luego la pandemia y ahora que empezábamos a levantar cabeza y a repuntar, nos quedamos sin nada”, contó a medios locales, Ingrid propietaria de unas cabañas turísticas, ubicadas al borde de la Ruta 40 en Las Golondrinas. Hoy son escombros quemados.
“Nos quedamos sin nada. Sin nada. No pudimos sacar ni la plata que teníamos en la casa”, relató la mujer.
“Con el agua de la pileta de mi nene intenté mojar los sectores que más podían arder, mojé las paredes de la casa, y me quedé sin nada porque estaba cortado el suministro de agua, como ocurrió todo el verano y como viene pasando hace tiempo. Los reclamos los hacemos, pero se tiran el fardo unos con otros”, contó Fabián, de la misma localidad. El problema del servicio de agua fue una constante durante toda la temporada. La falta del suministro fue cuestionada a lo largo del verano tan seco, y el fuego fue lo que hizo que terminara por explotar.
“Estuve muy mal, pero bueno, habrá que levantarse y volver a empezar”, se lamenta Ricardo que perdió una vivienda histórica de sus abuelos, quienes llegaron a la Patagonia desde Polonia en 1930 y construyeron la casa que en pocas horas el fuego se devoró.
“Fue tremendo, voraz, no nos dio tiempo a nada. Fue ver la columna de fuego que ya la teníamos encima, pensábamos que estaba a kilómetros y de golpe apareció en la casa”, compartió Diego de Cerro Radal.
El hombre es productor de cerveza artesanal y el incendio lo sorprendió cuando trasladaba herramientas de trabajo y ollas que utiliza para la producción de cerveza, que quedaron junto a un galpón, lo que hizo que se salvaran del fuego.
“Voy a poder seguir trabajando para mantener a mi familia”, aseguró, aunque lamentó que “toda mi casa quedó reducida a cenizas” y particularmente la pérdida de “la Biblia escrita en ruso de mi abuela que atesoraba de los tiempos de los migrantes”.
Desde Cholila, Iris contó cómo las llamas casi devoran el camping de la familia. “Estoy aislada por ser contacto estrecho de una compañera de trabajo con Covid. Es desesperante el tema de los incendios. Estaba llegando al camping y yo no podía salir de la casa. El viento lo desvió justo antes, pero la gente de los barrios de esa zona la pasaron muy feo, haciendo un montón de trabajos por si llegaba el fuego”.
“Se está disparando el tema del Covid en el pueblo -ayer 4 casos, anteayer 7- y estos días de incendios la gente andaba para todos lados. Imaginate los contagios de esos días. Es todo muy triste”, continuó Iris.
La intencionalidad de los incendios
En cuanto a la intencionalidad del fuego, el viceministro de Ambiente, Sergio Federovisky, sostuvo que “el 95% de los fuegos se inician por causas no naturales”, y afirmó que “está prácticamente determinado, por los testigos, que el fuego del sur fue iniciado en varios focos simultáneos de una manera muy orquestada, planificada, y se presume que está muy asociado a un conflicto socioeconómico que está viviendo la provincia de Chubut”.
En tanto, los investigadores determinaron al menos dos puntos de origen de los incendios que afectaron la Comarca Andina del paralelo 42 sobre el extremo noroeste de Chubut, “siguen la línea del tendido eléctrico”.
La actividad de los peritos concluyó anoche con los últimos datos recabados de damnificados por los incendios que retornaron a Chubut tras haberse autoevacuado en viviendas de familiares en la localidad rionegrina de Bariloche debido al avance del fuego sobre sus casas.
“La policía concluyó anoche el trabajo de aportar pruebas, fotos, filmaciones y testimonios a pobladores con los que se elaboró un informe que fue elevado al fiscal”, dijo el subjefe de la policía de Chubut, Néstor Gómez Ocampo.
El jueves por la mañana, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, se hizo presente en el lugar, recorrió los poblados y dialogó con los pocos vecinos que quedaron o regresaron luego de autoevacuarse. Esto, luego de que anunciara la presentación de una denuncia penal para que se investiguen “los incendios intencionales” en zonas de Río Negro y Chubut.
“Estos ecocidios no pueden seguir ocurriendo. Es urgente modificar la Ley de bosques, que el desmonte sea tipificado como delito penal y que la Justicia castigue a los responsables”, advirtió Cabandié.