Entrevista Realidad Económica
Sierra Grande se prepara para la llegada de la planta de GNL

La noticia sobre la construcción de la planta de Gas Natural Licuado (GNL) de YPF generó la reactivación de toda la comunidad de Sierra Grande que sueña con más oportunidades para los vecinos de la región.
En este contexto, la intendenta de la localidad, Roxana Fernández, habló en Realidad Económica y destacó el arduo trabajo que realizan desde el municipio para preparar a la ciudad ante la construcción de la planta. Aseguró que los trabajos los realizan en conjunto con las áreas del Gobierno de Río Negro para preparar las condiciones que requiere la ciudad.
La intendenta señaló que están definiendo “un plan de ordenamiento territorial” y “zonificaciones normativas” que Sierra Grande actualmente no posee. Y manifestó que realizan, también una proyección en función del crecimiento demográfico que esperan y la radicación de nuevas actividades económicas que generarán empleo y desarrollo.
La funcionaria señaló que actualmente la infraestructura de Sierra Grande “alcanza” para su población actual de 12 mil habitantes. Sin embargo, indicó que están planificando ampliaciones y nuevas escuelas para el futuro crecimiento.
La intendenta afirmó que el Plan Castello benefició a Sierra Grande con la obra del plan director de cloacas de Playas Doradas, una localidad balnearia ubicada a 7 kilómetros de Punta Colorada, donde se proyecta el nuevo puerto.
“Nuestra industria del turismo es un pilar muy importante y lo va a ser más”, sostuvo Fernández respecto al potencial de Playas Doradas. Considera que el desarrollo portuario “va a generar un mayor reconocimiento” del balneario como destino turístico.
Agregó, además, que ya se observan “consultas” de empresas con intenciones de instalarse en la zona, aunque aclaró que aún están en “etapa de preparación”. Y subrayó que están enfocados en capacitar mano de obra local para los futuros proyectos.
“Aún no es un lugar para que la gente venga y encuentre trabajo”, advirtió Fernández. Explicó que Sierra Grande aún enfrenta problemas de desocupación arrastrados desde el cierre de HIPASAM en 1992, cuando la población se redujo drásticamente.