Economía
Quita de 30% y mayores plazos, la fórmula del éxito
El presidente Alberto Fernández asegura que la deuda es insostenible desde el 10 de diciembre y esta semana el FMI coincidió con él. Si los vencimientos de la deuda no son pagables en el contexto de la recesión actual, ¿por dónde es la salida? “Una quita de un 30% funcionaría bien para no tener que hacer una nueva renegociación al cabo de un tiempo”, respondió Orlando Ferreres, titular de la consultora Orlando Ferreres y Asociados.
“Nosotros hicimos un cálculo para establecer para que el sector externo no genere más distorsiones, que fuese 6 o 7% del gasto de sector externo y eso implica un 30% de quita tanto en el capital como en alguna parte de los intereses”, explicó Ferreres.
“Lo que vence este año son 60.000 millones, evidentemente no se puede pagar”
La quita no aplicaría a la deuda con el FMI, organismo que no contempla esta posibilidad en su estatuto. “También se requeriría un programa de más largo plazo con el FMI de tal manera que no haya que pagar dinero por el momento. Que haya que pagarle lo mismo, sin quita, pero a más largo plazo. Creo que eso puede ocurrir, es una posibilidad que se maneja como posible”, contempló Ferreres, quien fue viceministro de Economía en 1989.
“Lo que vence este año con legislación extranjera son 4.000 millones de dólares. Es decir, no es mucho en relación al total de la deuda. El problema número 1 de la Argentina es la deuda pública, que es más grande lo que se puede pagar. Hay más o menos 30.000 millones de reservas netas y lo que vence en el segundo trimestre es muy alto”, explicó el economista.
Un problema de 60.000 millones
“Lo que dice el comunicado del FMI refleja los números de lo que vence este año en los distintos tipos de deuda pública, sea en pesos, en dólares, con legislación extranjera o local. Son 60.000 millones, evidentemente no se puede pagar. Aunque en el primer trimestre se pagó una parte y otra se postergó para septiembre, como el AF20”, opinó.
Ferreres resumió que “lo que reflejó el comunicado es el resultado de los números. Aún con (Mauricio) Macri hubiese sido necesario modificar. Es deuda muy de corto plazo”.
“El déficit es otro tema. Con todos los aumentos de impuestos que hubo se suponía que se lograría un equilibrio fiscal primario o incluso superávit, pero con la baja recaudación de algunos impuestos, llegamos a que vamos a tener un déficit primario de 0,7 o 0,8% del producto en 2020. Es un número grande porque es mayor que el que hubo en 2019”, explicó Ferreres.
El ex titular de Bunge y Born concluyó su participación en Realidad Económica asegurando que “de acuerdo a nuestros propios números, en 2023 se tendría un superávit fiscal que daría para organizar mejor el equilibrio del sector externo con el pago de la deuda”.