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Grisanti, de Tres Ases: “La calidad es el camino”

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“Si no nos volcamos a la calidad, estamos fritos“, dijo Gabriel Grisanti, director de Tres Ases, en diálogo con LU5 Agro. En una profunda charla, el productor se refirió al impacto del costo argentino en la competitividad, a los desafíos de producir en medio de la nueva ola de Covid-19, habló de la “reconversión permanente” de la empresa, de la necesidad de aumentar la eficiencia y de las dificultades del recambio generacional en la actividad. 

¿Qué balance hace del primer semestre del año?

Estamos en este proceso dual en el que estamos completando el desarrollo de la temporada anterior  y ya empezando los trabajos para la nueva. Nunca paramos, eso es lo que tiene lindo nuestra actividad.

Además de haber sufrido un alto ausentismo durante la primera ola del Covid, todos los que no trabajaron y percibieron sus salarios, este año hay que darle vacaciones porque no pudieron hacerlo. Esto es lo que llamamos el costo argentino. Cuando vamos a los mercados y tenemos que competir, estas cosas vuelven complicadas a  nuestra actividad. Todo son centavos pero si acumulamos la inmensa cantidad de items que tenemos, veremos que afecta nuestra competitividad. 

La firma Tres Ases tiene muchos años, ¿imaginaste esta situación?

Debo reconocer que uno mira al costado y ves tantas actividades que están tan mal que uno ve que estar vendiendo un alimento nos pone un poco mejor que otros. Uno debe reconocer que estamos produciendo un producto que estamos pudiendo vender, que puede circular y que es prioritario, pero es cierto que las dificultades son enormes.

El hecho de considerarnos esencial funcionó como un estímulo, ¿no?

Si… Nosotros hemos sido criados en esto, tenemos muchos años, lo hemos vivido, vimos a nuestros viejos, es parte de nuestra cultura. Pero con las nuevas generaciones se complica, es muy difícil transmitir ese amor por la actividad en este marco. Si no logramos cambiar algo de todo esto, pensando en el largo plazo, nos va a costar encontrar gente que quiera a nuestra actividad como lo hacemos todos. En esto debo reconocer que alguna responsabilidad todos tenemos porque somos actores de la actividad. 

Cada paso que da la fruta a la góndola cada vez cuesta más esfuerzo, plata… el doble de energía…

Si, tal cual, consume energía. Decí que uno se crió en esto y de alguna manera ya se acostumbró. El tema es cuando hay que transmitirlo a las nuevas generaciones y que entiendan que uno quiere a una actividad tan dificil. Nosotros ya estamos, la queremos, la padecemos y la disfrutamos. Soy un enamorado de nuestra actividad.

 

 

¿Cómo te respondió el mercado en pandemia?

La manzana resultó beneficiada y creo que la pera -que no está en lo que llamo el `carro jefe`, que es la manzana, la banana y la naranja-  han sufrido mucho porque la cadena logística se concentró en la base de los productos principales. Los supermercados eligieron mantener la línea del abastecimiento de los productos centrales. En la gente hubo un volver a la alimentación sana, saludable y buscaba estos productos. El resultado fue un beneficio para la manzana y la pera perdió espacio de góndola.

La realidad es que la pera requiere de una cultura para consumirla, una cultura que se viene perdiendo. En cambio la banana y la manzana, la pones a mano y la comes cuando queres. Pero debo decir que soy optimista, la gente está haciendo un vuelco a lo natural, lo saludable y deberemos trabajar en incrementar la producción.

Se los ve muy activos en las redes sociales, ¿es una herramienta para llegar a los consumidores?

Si, sin dudas. Es uno de los trabajos a los que nos cuesta adaptarnos pero estamos totalmente convencidos que gran parte de nuestra comunicación pasa por allí. Tenemos una gran oportunidad de llegar al consumidor, dar información, crear hábitos… Es un espacio enorme que se abre y la empresa debe estar presente.

¿Cómo proyectas la temporada que viene?

En la chacra estamos trabajando con anticipación. Trajimos mucha gente y hemos tomado un rol muy activo para arrancar con mucho ritmo. El año pasado, en plena pandemia, sufrimos no poder contar con la gente necesaria y este año previendo que podía ser otro año complicado, estamos muy bien en el avance de la poda. Además, el tiempo ha estado hermoso en mayo y junio, se pudo avanzar mucho.

¿Cada vez hay que ir a una manzana casi perfecta o hay otras oportunidades?

Todos los años cuando terminas observando los resultados, te convences que la calidad es el camino. Por lo menos, para empresas como la nuestra, cuanto más antiguas somos más tenemos la obligación de ser eficientes. Si no nos volcamos a la calidad, estamos fritos.

 

 

 

Productivamente, ¿cómo proyectas los próximos 5 o 10 años?

De alguna manera estamos reconvirtiéndonos en un proceso permanente a todas las áreas que se vuelven improductivas y variedades que comercialmente se quedan sin mercado. Estamos en una permanente reconversión. En cuanto a lo comercial, tenemos planes de crecimiento a lo ancho, estamos aumentando la canasta de productos aún más allá de producirlos o no. Creemos que esto nos brinda fortalezas como proveedor de soluciones a los supermercados y a los grandes mayoristas.

¿Qué incorporas a tu canasta?

Estamos trabajando con palta con dos de las principales marcas de Perú y Chile, hoy proveemos al mercado a un ritmo constante. Estamos trayendo naranjas de España, a fin de año traemos kiwi, también jengibre, limón y naranja… Estamos ensanchando la canasta.

¿Apostaste a algún otro cultivo en El Valle?

El carozo fundamentalmente es lo que estamos ampliando. Con la cereza no estamos en tierras que consideremos aptas para el cultivo.

Tecnológicamente hablando, ¿te vas adaptando?

Si, estamos trabajando con un plan interesante de techar 70 hectáreas para este año, Estamos trabajando en la búsqueda del financiamiento, hemos recibido propuestas interesantes y estaremos cerrando en los próximos días. Desde ya, el trabajo en plataforma y lo mismo que en el empaque con la selección por visión óptica en la planta central.

 

 

 

¿Estás focalizando en la producción propia o en la compra de fruta a los productores?

Siempre pensamos en una empresa con mitad de producción propia y mitad de otros productores. Pero la realidad es que año tras año siempre hay algún productor que decide dejar, vender o alquilar y a nosotros se nos dificulta porque son áreas certificadas y terminamos teniendo que tomar esa producción. Y eso es contrario a nuestros planes que no queríamos crecer en la producción propia, es difícil sostener ese nivel de producción y traer 700 cosechadores, brindarles todas las condiciones… Empieza a resultar difícil pensar en un crecimiento de la superficie. No visualizo crecer en ese ámbito. 

Tenemos un grupo de productores con el que trabajamos desde hace  mucho tiempo, gente que nos acompaña y con la cual hemos logrado atravesar todo este tiempo y seguir estando. 

¿Cómo manejas el diálogo con tus pares y con el gobierno?

Es importantísima la actividad dirigencial, es indispensable. Yo me considero una empresa fundamentalmente productora y a veces no me dejan sentir productor… Nos catalogan como exportadores y nosotros somos una empresa productora integrada a la exportación, es un accesorio para lograr mejores resultados.