Entrevista Realidad Económica
Frassetto, de AIC: “Estamos viviendo una crónica de una sequía anunciada”

Por Ceci Russo
Desde Bariloche
El invierno 2021 está dejando más dudas que certezas. Y es que en la zona cordillerana las nevadas no aparecen, las precipitaciones son escasas y las temperaturas suelen ser más elevadas de lo normal. Sólo una cosa es cierta: la preocupación y la emergencia ante un avanzado escenario de sequía.
Días atrás, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) declaraba la Emergencia para las cuencas de los ríos Neuquén, Limay y Negro; e informó que el uso del agua será para la energía de las ciudades de la región, la industria y el riego. “Estamos viviendo un año con anomalías muy importantes. Digamos que es crónica de una sequía anunciada, por tomar un sentido literario. En los últimos años estas condiciones se han agudizado”, expresó el meteorólogo Fernando Frassetto de AIC.
Si bien el 2020 impresionó por la gran cantidad de nieve, “fue una nevada muy baja y sin lluvias; no recargó la cuenca, el lago Nahuel Huapi se mantuvo bajo todo el año y tuvimos esa primavera y verano, en la región sur, con altas temperaturas”, explicó el especialista. Y recordó que las tres olas de calor más importantes del país fueron en la zona de Bariloche, del Limay y Nahuel Huapi, con anomalías de temperaturas muy altas e incendios.
“En 2021 tuvimos un verano seco, un otoño donde las precipitaciones empezaron recién en mayo, cercanas a la media que, por supuesto no alcanzaron para recargar la cuenca, que no levantaron el Nahuel Huapi a los niveles normales. Falta mucha lluvia y la que hay, no es normal. Necesitamos precipitaciones muy por arriba de la media”, amplió el meteorólogo.
Y añadió: “En mediados de junio se cortaron las precipitaciones y tuvimos nevadas muy débiles, con temperaturas muy cálidas que nos dan un panorama de sequía importante”.
¿Qué podemos esperar para los próximos meses?
Puede haber un mejoramiento tal vez en agosto, septiembre u octubre porque en la primavera, en la zona de los lagos, todavía mantiene la proximidad de algunas precipitaciones.
Esta condición puede mejorar un poco, pero no se puede revertir. Desde el punto de vista de la nieve, estamos teniendo tres meses muy secos. No hay nieve en Cordillera, ni en el norte neuquino, en Collon Cura, en Limay, en Chubut, y los ríos tienen un déficit de caudal muy impactante.
Si bien la cuenca del Limay y Nahuel Huapi es pluvioneval, necesia lluvia, otras cuencas son más nevales, necesitan nieve para el verano porque no hay lagos y tienen una gran pendiente. Entonces la falta de nieve mantiene un déficit muy intenso para la estacionalidad del verano-primavera.
Frente a eso estamos muy preocupados, es una condición de sequía importante, que no sólo afecta a nuestra región sino también a toda la cordillera argentino chilena y toda la zona del Paraná. Toda Sudamérica está en una condición de sequía extrema. Estamos en una situación crítica en la que además debemos afrontar la primavera y el verano con falta de nieve.
¿Qué se está haciendo desde la AIC y los gobiernos?
Estamos trabajando fuertemente en la emergencia, con las provincias. Es una preocupación muy grande. En lo inmediato, nos preocupa lo turístico, puede haber algunas nevadas, pero hay que pensar en lo que es la perspectiva de primavera y verano, en la región sur y bosques, con una probabilidad de Niña hacia el verano. Si eso ocurriese, si el océano se mantiene frío, pueden repetirse algunas olas de calor y vuelve a haber falta de precipitaciones. Son escenarios posibles pero hay que tenerlos en cuenta cuando uno está trabajando en las inclemencias del clima.
Falta la primavera. Tal vez haya reportes de nieve que aporten al caudal del Neuquén y Limay y de la región sur. En la medida en que septiembre empieza a cambiar las condiciones y empecemos a transitar la estación seca del verano, puede activarse el Monzón sudamericano, que nos puede traer algunas precipitaciones en la región sur, sobre los valles y zona de pre cordillera. Pero el problema que estamos teniendo es que no está activo, la última vez fue en abril.
Se repiten situaciones extremas como en todas partes del mundo…
Estamos bajo el efecto del calentamiento global donde los dos escenarios posibles son las sequias persistentes, de grandes extensiones, que es lo que estamos viviendo; y los eventos extremos de precipitación y calor, como vimos en el verano en la zona de Bariloche y El Bolsón, y como hemos visto ahora en Canada, China y Europa. Están ocurriendo casi semanalmente. Una contaminación tan alta ayuda a que se aceleren los procesos del calentamiento global. Sobre eso habrá que trabajar, pero hay países que son bastante irresponsables.