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Entrevista Realidad Económica

Flor del Prado: El Arte de la Cosecha Nocturna

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Como todos los años, en marzo, los viñedos de Flor del Prado realizan su tradicional cosecha nocturna. Una cosecha pensada para mantener la esencia de la uva, esa frescura que, al madurar, se transformará en un vino que llevará consigo no solo la naturaleza del terruño, sino también la historia de quienes han trabajado esa tierra desde tiempos inmemoriales. Para quienes la realizan, esta actividad refleja el legado familiar que sus abuelos enseñaron.

Flor del Prado, más que un vino, es la historia de una tradición que cobra vida en cada botella. Nacido entre dos ríos caudalosos, este vino se renueva año tras año bajo la mística de la noche más fría del valle, manteniendo vivo el legado de aquellos que creyeron que la verdadera esencia del vino está en los pequeños detalles, en la paciencia y el cuidado.

El enólogo Sergio Pomar, relató en Realidad Económica, cuáles son los beneficios de realizar este tipo de actividad, como es la cosecha nocturna. Aseguró que no es solo un acto simbólico, sino que, además, ofrece ventajas prácticas tanto para la calidad del vino como para la eficiencia de la bodega.

Destacó que uno de los puntos más importantes es la mejor conservación de la calidad de uva debido a que al ser cosechada a temperaturas más bajas, se reduce el riesgo de fermentación espontánea y la oxidación prematura de los compuestos aromáticos.

Este proceso es especialmente crucial en variedades blancas y espumantes, donde los aromas volátiles son más delicados”.

Otro de los ejes que resalta Pomar es el ahorro energético y la eficiencia operativa que se logra con la cosecha nocturna. Explica que, al cosechar las uvas más frías, se reduce la necesidad de enfriamiento mecánico antes de la vinificación y que los equipos, además, operan de manera más eficientes cuando la materia prima ya está a una temperatura óptima.

Por otra parte, la cosecha nocturna ofrece temperaturas más agradables para los trabajadores, mejorando la productividad y seguridad. Al realizarse de noche, se evitan las congestiones de maquinaria y se optimiza el transporte de las uvas.

“La cosecha nocturna es toda una ganancia. Permite preservar mejor la fruta frente a la oxidación y el desarrollo de microorganismos, a la vez que no se incurre en un gasto energético innecesario para enfriar la uva”. Así, Flor del Prado sigue demostrando que, en cada proceso, el respeto por la naturaleza y el compromiso con la calidad se mantienen vivos, asegurando que el legado familiar siga vivo en cada botella de vino”.

Para finalizar, Pomar, agregó que este tipo de cosecha reduce la actividad enzimática que podría afectar el color y los aromas del vino y que, cuando se cosecha en frío se logra un mejor control de la maceración y el color.