Entrevista Realidad Económica
“En 7 días pasamos de declarar una guerra a hacer terapia de grupo”

“Se levantaron las anclas antiinflacionarias, tenemos desafíos y en siete días pasamos de declarar una guerra a pedir hacer terapia de grupo… Las palabras reflejan estados anímicos y en la política, muestran decisión o indecisión, de respuestas o de falta de ellas”, dijo el politólogo Gustavo Marangoni, Director de M y R Asociados, en un intento por explicar el complejo contexto económico-político que atraviesa el país.
¿Cómo ves el panorama?
Muy inestable. La semana se había declarado verbalmente una guerra contra la inflación, luego se hizo mención a los diablos y hoy (por ayer) a darle una oportunidad a la paz de John Lennon. Evidentemente si uno se guiara sólo por las declaraciones, notaría una amplia variabilidad.
Creo que hay dos temas que se llevan toda la atención: la inflación y el tema energético. La inflación por temas obvios, pasamos de un enero con índices altos a febrero con índices muy altos. Y en lo que se refiere a la matriz energética, en el acuerdo con el FMI se acordó una baja de los subsidios.
Pero a ese acuerdo le pasó un tanque por encima por la invasión rusa a Ucrania, que modificó buena parte de los supuestos con los que se había negociado en los últimos meses. Y ahora nos encontramos frente a un hecho concreto: aún aumentando en un promedio del 60% las tarifas, por lo menos del AMBA, los subsidios no sólo no se reducirían sino que aumentarían.
Hay que ver qué se hace con eso y recordemos que va a haber una revisión más temprana y lo que estaba previsto para junio pasa a mayo.
Estamos en un contexto desafiante, con un alivio por el ingreso de dólares del fondo, pero con esta situación política en la que quienes deben implementar lo firmado están divididos.
En el ámbito de Economía, el secretario de Energía (Darío Martínez) tiene una posición distinta a la del ministro (Martín Guzmán) ; en el ámbito de Producción, el secretario de Comercio (Roberto Feletti) tiene diferencias con (Matías) Kulfas y con (Julián) Domínguez… habrá que ver cómo se desenvuelve.
Eso mismo, habrá que ver cómo se desenvuelve…
El tema son las acciones. El acuerdo trajo paz cambiaria porque ha engordado las reservas y descomprimió las importaciones, pero el lado B es que levantó las anclas antiinflacionarias.
El acuerdo lleva a devaluar el tipo de cambio a un nivel cercano a la inflación y a reducir el déficit. Ante el hecho que ha aumentado fuertemente el precio del millón de BTU en comparación con el año pasado, vamos a tener que importar más cantidad de gas.
Además, vamos a tener que conseguir los barcos, no solo se requiere el dinero para pagarlo, lo cual ya es todo un tema, sino que se requiere mucha gestión.
Entonces, se levantaron las anclas antiinflacionarias, tenemos desafíos y en siete días pasamos de declarar una guerra a pedir hacer terapia de grupo… Las palabras reflejan estados anímicos y en la política, muestran decisión o indecisión, de respuestas o de falta de ellas. Me parece que respecto del tema de la inflación nos encontramos en parte con una falta de respuestas y en parte con el hecho que la inflación parece ser una herramienta funcional en tanto y en cuanto permite la licuación gastos del estado nacional. El estado recibe sus ingresos y paga sus sueldos a 30 días, actualiza las jubilaciones cada 6 meses y a los proveedores puede pagar en plazos aún mayores…
Y en el medio aparece un blanqueo los que “fugaron capitales”
Creo que es un anuncio más efectista que efectivo. Desde el punto de vista de cierta astucia política coyuntural se entiende porque se trata de instalar el tema que “la deuda la tienen que pagar los ricos” y llevar a la oposición a discutir esa cuestión.desde el punto de vista de la lógica del funcionamiento del gobierno, refuerza lo que hablábamos antes: Economia no participó del armado del proyecto presentado en el Senado.
El blanqueo siempre supone algún tipo de amenaza y tendrá que pasar el trámite en el Congreso y creo que estará muy discutido cuál debe ser la cámara de origen, después hay una serie de cuestiones sobre la naturaleza jurídica y creo que las cifras que se han manejado sobre la eventual recaudación son altamente improbables y no es algo inmediato.
Primero debe convertirse en ley, después se establecen plazos y levantar el secreto fiscal es complejo en Argentina y afuera es directamente una abstracción. Creo que es un anuncio que tiene un doble propósito: tratar de tender un puente e inmediatamente salió el Poder Ejecutivo a suscribir al proyecto como una forma de tender puentes hacia adentro de la coalición, y hacia afuera, generar un poco de discusión.
Creo que cuando hay temas tan urgentes como el aumento de los alimentos, los servicios, las prepagas y demás, estos proyectos no están en la agenda cotidiana de la gente.
¿Cómo ves a la oposición? ¿Gana algo con la pelea interna del oficialismo?
Uno puede presumir que sí en tanto y en cuanto el que gobierna -que hay que conceder que lo hace en un contexto adverso, pasó de la pandemia a la guerra- está en los problemas y la oposición está en una situación más cómoda diciendo que lo que se hace se puede hacer mejor.
Sacando eso, vemos que hay diferencias entre los integrantes del PRO y los radicales y creo que la situación del Frente de Todos (FdT) permite hacer una reflexión y que es algo que debe tomar nota toda la dirigencia política.
El FdT no es una coalición, fue un intento de unificar al peronismo con tanto éxito electoral como disfunciones en el gobierno. ¿Por qué? Porque para gobernar se requiere liderazgo y para ganar una elección, no necesariamente, ahí solo se requiere un candidato que puede ser líder o no. Puede ganar pero se encontrará con problemas de gestión.
Para 2023 creo que el gran desafío es ver quién puede señalar esa capacidad de tener una visión, un carisma y los recursos que se requieren para decir al final del día “esto es responsabilidad mía y lo he decidido así” sin que eso genere tensiones en el gobierno, sea del signo que fuere.