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Entrevista Realidad Económica

Dudan que la inflación rompa la barrera de 1%

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En diálogo con el programa Realidad Económica, la economista Natalia Motil, directora de CANDORMAP y profesora en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCEMA), analizó el panorama inflacionario argentino tras conocerse los datos de mayo y a la espera del índice de precios al consumidor (IPC) de junio, que será publicado el próximo lunes 14 a las 16 horas. Motil anticipó que para junio estiman una inflación del 1,6%, con una leve aceleración respecto al mes anterior (1,3%).

 “Hubo aumentos en rubros sensibles como combustibles, servicios públicos —electricidad, gas y agua—, alquileres, prepagas y cuotas escolares”, detalló.

A pesar de ciertas expectativas de presión cambiaria por factores geopolíticos, Motil señaló que “no se observó una caída de la demanda del peso como se temía hacia la segunda quincena de junio”, lo cual contribuyó a mantener una cierta estabilidad. Respecto al corto plazo, la economista anticipó una desaceleración de la inflación para julio y agosto debido a factores estacionales.

“Durante estos meses la gente suele demandar más pesos, ya sea por las vacaciones o por el cobro del aguinaldo, lo que suele tener un efecto contractivo sobre los precios”, explicó.

Sin embargo, advirtió que el segundo semestre podría revertir esta tendencia: “A partir de septiembre, la menor liquidación del sector agroexportador, la necesidad de cumplir con obligaciones de deuda y el contexto electoral podrían generar un escenario de mayor presión sobre el tipo de cambio”. Según su análisis, estos factores podrían desembocar en una aceleración inflacionaria en el último trimestre del año.

Motil también puso en duda una de las metas más ambiciosas del Gobierno Nacional y remarcó que ella no ve probable que la inflación rompa la barrera del 1% mensual ya que hay demasiadas variables en juego.

Consultada sobre el impacto de una mayor disponibilidad de dinero en julio y agosto, señaló que ese fenómeno no necesariamente provoca una suba inmediata de precios.

 “El efecto suele verse más adelante, cuando pasa la estacionalidad y si hay emisión para cubrir pagos del sector público. Ahí puede generarse presión sobre los precios”.

Por último, la economista subrayó la importancia de estar atentos a los indicadores adelantados, como el IPPC (Índice de Precios de Precios al Consumidor), que podrían anticipar el comportamiento del IPC general.

Así, mientras se aguarda la publicación oficial de los datos de junio, las proyecciones para el segundo semestre se debaten entre una desaceleración moderada y un posible repunte si las condiciones externas y políticas internas se tornan más inestables.