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Internacionales

Coronavirus: la pandemia en primera persona

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La crisis sanitaria -y su correlato socioeconómico- generada por el coronavirus nació en Asia, muestra toda su fuerza en Europa (actual epicentro de la pandemia, según la OMS) y comienza a manifestarse en nuestro país. 

¿Qué se está haciendo para gestionar el impacto sobre la economía europea? ¿Cómo se está viviendo la pandemia en el Viejo Continente? Contactamos a argentinos y locales radicados en España e Italia, dos países con más contagios de Europa, y nos contaron cómo se vive en tiempos de Covid-19.  

El día a día

Desabastecimiento en supermercados, cierre de escuelas, eventos masivos cancelados, bloqueo de fronteras, fondos estatales para solventar las licencias obligadas de las empresas a sus empleados, racionalización de alimentos y mercadería de primera necesidad, patrullas militares para impedir la circulación de gente y situaciones que se plantean en catástrofes similares a una guerra.  Así se vive en Europa hoy en día.

Hoy Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que Europa es el nuevo centro de la epidemia de coronavirus porque tiene más casos y muertes registradas que en el resto del mundo, con excepción de China.

“Al principio lo vivimos como algo que no iba con nosotros. Era algo que estaba pasando en China e Italia. Creo que no se sabe a qué nos enfrentamos, que no es una simple gripe y no estamos preparados”, contó Carolina Di Fiore desde Valencia (España, país que tiene más de 4000 casos de contagio y 123 muertos).

OMS: “Europa se ha convertido en el nuevo epicentro del coronavirus”

Ella, quien es argentina y ha vivido su infancia en la Patagonia, aseguró: “Se pasó de no tomar consciencia al pánico. Desde el lunes se cierra todo, colegios, guarderías, etc, y se nos pide que nos quedemos en casa. Las consecuencias económicas se verán luego, que serán graves y nefastas”.

“Hoy quería hacer una mini compra, me he dejado estar, y no había carne, tomate, fideos, arroz… Están desvalijando los supermercados de manera exagerada y eso aunque están diciendo que no va a haber falta de alimentos. Hice una mini compra de lo que se pudo”, contó Carolina.

El epicentro europeo

El país más afectado de Europa es Italia. Actualmente tiene más de 13.000 casos (in crescendo) y el sistema de salud está colapsado en todo el territorio. Desde la llamada “zona roja”, Verónica nos cuenta cómo fue avanzando el virus en el Norte del país. “Estamos en casa, en cuarentena obligatoria. Somos parte de la zona que tiene custodia militar”. 

“Al inicio nos decían que era una gripe, que bastaba con estar en casa y tomar el antibiótico. Si empeoraba, debíamos llamar al médico (…) La primera fase fue entender qué era el virus y que teníamos que estar en casa. La información era: ´Es sólo una gripe, no hay que crear alarmismo´. Nosotros seguimos trabajando normalmente y los casos se incrementaron”, contó a través de un mensaje de audio.

Datos oficiales: Más de 132.000 casos en 123 países, y 5.000 personas han muerto

Cuando los números de la pandemia comenzaban a golpear fuerte la vida diaria de los italianos del Norte, desde el gobierno se enfatizó el mensaje de no ir a trabajar y allí surgió una cuestión práctica: si nadie produce, ¿cómo harán las empresas para pagar los sueldos?

Verónica es delegada gremial y vivió la cuestión de cerca. “Empezó un debate porque no se entendía cómo nos iban a pagar los sueldos. Yo soy delegada sindical y no se entendía como se pagaría, se habló de crear un fondo, también de anticipar vacaciones…”

Carpa sanitaria en Italia. Dr. Antonio Pesenti, jefe de la unidad regional de respuesta a la crisis en una zona muy afectada de Italia, dijo: “Estamos siendo forzados a acondicionar lugares de cuidados intensivos en corredores, quirófanos, salas de recuperación… Uno de los mejores sistemas de salud del mundo, en Lombardía está a un paso del colapso”.

“Después empezaron a salir los primeros números oficiales, que teníamos unos 3.000 contagios. Al mismo tiempo teníamos los números económicos que nos decían que solamente en mi región 25.000 familias viven del sueldo de trabajar en educación y restaurantes (los dos sectores en los que comenzó el debate en todo a los pagos) y no se sabía si íbamos a tener sueldos”, contó. 

Así, el tema sanitario devino en una problemática de índole económica y luego a una preocupación aún mayor. “Hoy es peor porque está en crisis todo el sistema sanitario nacional. No es una mera gripe, se termina en terapia intensiva con respirador. Empezaron a enfermarse los médicos porque están haciendo jornadas de 12 y 14 hs. sin poder cambiar el turno porque los números crecen en una forma demencial”, contó la italiana. 

“No tengan miedo, pero hagan todo lo que tienen que hacer para prevenir y no comentan los errores que se cometieron acá. Hay que decir la verdad de lo que pasa: no damos abasto a reanimar la gente. Los reanimadores de las terapias intensivas nos piden que nos quedemos en casa casi en una plegaria, gritándonos: ´Quédense en casa. No podemos más´. Ya nos dijeron que si siguen creciendo los casos es elegir entre la vida de uno y otro porque no hay lugar en los hospitales”, dijo.

Mientras tanto en Argentina…

De este lado del mundo, Ana cuenta desde su casa, en la cual pasa su cuarentena, que llegó hace menos de una semana del Sur de Italia. Alertada de la pandemia, decidió autoaislarse y cumplir con el protocolo que indica resguardarse en casa hasta que pase el periodo de incubación. Pero, asegura que “los controles en el aeropuerto de Ezeiza (Buenos Aires) son muy malos. Sólo nos hicieron firmar un papel arriba del avión, diciendo de dónde veníamos y cuando bajamos, pasamos por el aeropuerto como por un tubo. No nos hicieron ningún chequeo, ni control, ni tomaron la temperatura. Yo, pensando en mi familia, fue que decidí hacer la cuarentena. Pero nadie nos controló”.

Ahora, se contactó con el teléfono de consultas que dispuso el Gobierno de la Ciudad, para pedir que le hagan un hisopado para descartar la enfermedad, pero le informaron que no era posible y que sólo debe aguardar en su casa a que pase la cuarentena.

Ana necesita trabajar, porque su trabajo es independiente y si no trabaja, no tiene ingresos. Pero, por el momento, eso seguirá siendo un problema suyo. Porque, por ahora, no puede salir de su casa.

Escuchamos los testimonios y pensamos que quizá el tiempo y la experiencia europea nos ayude a prepararnos mejor que con el caso de Ana.

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