Connect with us

Opinión

Carta abierta de un productor frutícola a Alberto Fernández

Published

on

El productor frutícola Franco De Angelis intentó explicar la complejidad de la producción y su impacto en la cultura de El Valle a través del aire de LU5Agro. En una carta abierta a la administración que asumirá el destino del país a partir del 10 de diciembre, De Ángelis hizo un punteo por las características de la producción, sus desafíos, sus escollos y, hacia el final, hizo una invitación al próximo presidente.

¿Cómo explicar la fruticultura a quien no conoce cómo funciona la producción en El Valle? ¿Cómo contar qué se siente al andar entre las filas y tocar los nuevos brotes? ¿Cómo se hace sentir cuán complejo es aplicar el protocolo de exportación a Brasil o China? ¿Cómo se hace para, año tras año, seguir apostando a la tierra, al trabajo de toda tu familia y a esta cultura que nos define y nos atraviesa?  

Es muy difícil tratar de explicar una actividad tan intensiva, con ciclos tan constantes y siempre al borde de las crisis, ya sea por un efecto ambiental o coyuntural. Es tan complicado que la forma más sencilla es poner a la gente con los pies en el barro y que transiten esos años y que lo vivan en carne propia. No hay otra forma. Creo que nunca se entiende la actividad y cuando se establecen políticas de Estado o algunos lineamientos, se hace en total desconocimiento. Vivimos tiempos sin una cultura de producción y con estamentos detonados.

Una pregunta dolorosa

¿Por qué seguir? Año a año estamos buscando la trampa para engañarnos a nosotros mismos y encontrar excusas para continuar. No es porque la actividad esté desahuciada sino por encontrarle la vuelta a la naturaleza y a ese tipo de cosas que se sienten en las puntas de los dedos.

Ayer pasaba con la camioneta por entre medio de las filas y yo iba tocando las hojas, las puntas de los brotes nuevos y hay un montón de cosas que hacen que yo pueda llegar a un producto sabiendo que hay otras variables que no puedo controlar.

Como productor, tengo una serie de matrices que no se pueden resolver porque no tienen solución y uno va viendo cuál es la ecuación que sirve. Todos los años lo vas haciendo, nos vamos engañando para seguir adelante.

 

“¿Qué le diría a Alberto Fernández si pudiera llegar a él? Le diría que tiene que venir a ver de qué se trata”

 

Un modo de vida

Si tuviera que explicarlo en pocas palabras, diría que la fruticultura es un modo de vida. No se puede pensar en otra cosa. Yo me levanto y pienso en las plantas, pienso en el sistema que tengo y en lo que estoy haciendo.

Es un modo de vida que se hace con cierta pasión -unos más por el lado económico, otros por el lado natural o del sistema en sí- o no se puede hacer. Pasión y entrega absoluta, como en tantas otras actividades productivas aquí y en todo el mundo.

Y si sumas el hecho de llevar a cabo la producción en Argentina, ahí se disparan un montón de variables porque nuestro país es un imponderado técnico. Desde la falta de políticas públicas y las trabas de logística, hasta las complejas relaciones internacionales y las complicaciones por el simple hecho de estar acá, es un imponderable.

 

“La fruticultura es un modo de vida. No se puede pensar en otra cosa. Yo me levanto y pienso en las plantas, pienso en el sistema que tengo y en lo que estoy haciendo”

 

Producción inviable

Creo que en Argentina, es inviable producir cualquier cosa y más aún después de la administración de Mauricio Macri. La gestión de este gobierno es la peor de la historia, no conozco una más desastrosa numéricamente hablando sin hacer ponderación de preferencias políticas. Uno evalúa los números y es una catástrofe. Eso, sumado a otras variables como el clima, te lleva a que producir algo en Argentina sea técnicamente inviable. Cualquier cosa es inviable.

 

Foto de María Marta Martínez.

Foto de María Marta Martínez.

 

¿Y ahora? ¿Seguimos?

Me pregunto cómo se llegó a esta situación y se me ocurren algunos motivos, entre los muchos que hay, para empezar a repensar el tema:

Falta de conocimiento: La gente que debería entender no entiende nada y te dicen: “Ustedes, los productores, lloran”. Quedamos seis productores chicos, de entre 35 y 55 años; en Allen no somos más de 10 productores medianos. Me refiero a productores que están más o menos en la guerra, con alguna variedad, con algo de tecnología… 

Es muy difícil tratar de explicarlo. La gente que tendría que entender, de los estamentos del  Estado, gente que nunca plantó ni un orégano en una maceta, te habla de producción y vos decis: “¿Qué me está contando?”.

Las políticas son una catástrofe; el protocolo de Brasil y de China son desastres de planeamiento, políticas que no tienen el más mínimo asidero.

Planeamiento no-federal: Creo que hay que sentarse y repensarlo todo; pero hacerlo con los pies en el campo. No se pueden decidir estas cosas desde Buenos Aires con un ingeniero de turno que está en el Ministerio de ese momento y sin saber qué está firmando, si son bananas, sandías o qué. Eso se paga carísimo. 

 

“Somos tipos que administramos la miseria y yo puedo decir que tengo éxito”

 

Los sobrevivientes

Yo trabajo bien o me voy. Y así somos los pocos productores pequeños y medianos que quedamos trabajando en la zona, somos los mejores del mundo, tenemos un nivel increíble porque lidiamos con todas estas condiciones desfavorables en un mercado muy concentrado y dominado por unos pocos. Somos los mejores del mundo si tenemos en cuenta que producimos con máxima eficiencia, con calidad y sistemas incluso superiores técnicamente y con todas las vicisitudes y falta de reglas que significa hacerlo en Argentina. Somos los sobrevivientes.

Por otro lado, están las cinco grandes empresas que producen en El Valle y que vuelcan una enormidad de recursos, muchas veces a costa de los pequeños y medianos productores.

Tengo la sensación que ya no queda más margen para escatimar recursos y políticas al sector; queda muy poca gente con ganas y capacidad de seguir y creo que esos sobrevivientes sólo se quedan si se alivia por mucho tiempo las cargas del Estado, se vuelcan créditos a tasa accesible y se sostienen planes sanitarios desde Nación. 

También es necesario regular de alguna manera la enorme brecha entre el precio de góndola del mercado local y el productor. Y, atención, porque si todo queda en manos de cinco empresas,  eso va a ser totalmente inviable.

De otra manera en este año y el próximo no va a quedar ningún productor independiente; todo quedará en manos de aquellas cinco empresas y nada más. Tengo la amarga sensación que vamos en ese camino.

 

“Los pocos productores pequeños y medianos que quedamos trabajando en la zona somos los mejores del mundo”

 

“Te tiran la chacra por la cabeza”

Nadie puede resistir a tremendo desatino de políticas productivas, en un país con tantos vaivenes. Somos tipos que administramos la miseria y yo puedo decir que tengo éxito. Y tenés que estar buscando el mango y estar todo el día encima, y todos hacen lo mismo. Acá se hace todo a pulmón, acá vos vas arrancando, vas plantando, vas teniendo resguardo, teniendo un mix entre lo viejo y lo nuevo, entre lo conservador y lo innovador… Uno no es conservador porque quiere sino porque Argentina no te permite otra cosa. 

Yo conozco a gente que me dice: “Ésta es la última cosecha y me voy”. Me refiero a gente que está con todo armado, perfecto y me dicen que se van por la inviabilidad de salir de tremenda crisis.

Te tiran la chacra por la cabeza, son unidades productivas excelentes, que costaron una vida levantarlas y que en uno o dos años más no existirán porque correrán la suerte del abandono. De eso hay muchísimo en El Valle.

Todo el trabajo de llevar una plantación durante 10 años cuidándola hasta que llegue a su producción comercializable y se pierde, sólo en Argentina pasa. Es como levantar una fábrica, ponerla en funcionamiento y voltearla.

 

“Tengo la sensación que ya no queda más margen para escatimar recursos y políticas al sector”

 

Cara a cara

¿Qué le diría a Alberto Fernández si pudiera llegar a él? Le diría que tiene que venir a ver de qué se trata. No hay otra forma de conocer de qué estamos hablando;  vos tenés la terrible carga impositiva del Estado más torpe del mundo, la falta de políticas productivas, la falta de créditos, todo eso con gente, que es poca, está cansada y que se quiere ir.

¿Cómo hacés para articular todo eso para seguir? Yo mismo, ¿por qué seguiría apostando? ¿Por qué hipotecaría el resto de mi vida? Por el dinero no; por el honor.

Me gustaría plantar un monte de alta densidad, con techo, tecnificado y riego por goteo; me encantaría. No tengo límite para eso, lo podría hacer bien, sé con quién hacerlo, tengo los materiales y los métodos, pero: ¿Por qué hipotecaría los próximos 20 años de mi vida? Tengo casi 50 y me pregunto por qué hipotecaría hasta los 70 o 75, que estaría produciendo a pleno. ¿Quién pondría el dinero? La realidad es que falta gente porque los destruiste y les estás pidiendo que vuelvan. Es inviable.    

Traería a Fernández para que vea que esa planta que yo veo todos los días tiene 15 años de historia y puede pasar que ese monte después de todo ese tiempo no sirva desde el punto de vista económico, le explicaría que puede pasar que nunca ganes nada ahí.  Le diría que venga a conocernos para replicar y para poner en valor a una actividad productiva con condiciones únicas en el mundo y con un margen de tiempo para poder aprovechar esta situación de El Valle en beneficio del país.