Entrevista Realidad Económica
Carpocapsa y Grafolita: Presentan un insecticida biológico

Tras años de investigación, presentan una herramienta para controlar las principales plagas de la fruticultura en el Valle de forma orgánica. Se trata de Dipel DF, de Summit Agro, un insecticida con certificado orgánico que promete ser un aliado para combatir Carpocapsa y Grafolita en frutales de pepita y carozo.
“Es un producto biológico que obtuvo la ampliación de registro de uso para manzana, pera, durazno y ciruelo para las dos plagas: carpocapsa y grafolita. El producto ya estaba inscripto para el control de la Lobesia botrana, para la vid, y ahora obtuvimos la ampliación”, explicó Fernando Moretti, responsable de unidad de negocios de cultivos intensivos de Summit Agro.
La ampliación es un trámite complejo que requiere años de pruebas y análisis. “Fuimos haciendo ensayos. Esto lleva mucho tiempo, dos o tres temporadas, porque para hacer una ampliación de registro de uso, Senasa pide ese lapso de tiempo en dos zonas distintas. Para los frutales de pepita hicimos Alto Valle y Valle Medio, y para carozo hicimos Alto Valle y la zona de San Pedro (Buenos Aires). Se van eligiendo parcelas, los hicimos a través del INTA, se aplica, se evalúan los daños y se van sacando las conclusiones de los porcentajes y eficacia de control. Eso hay que replicarlo durante dos o tres temporadas con un mantenimiento de esos resultados y recién ahí se autoriza la ampliación de registro de uso. Es un trámite largo”, detalló.
Insecticida biológico a base de Bacillus thuringiensis var. Kurstaki.
Formulado como Granulado dispersable (WG).
Posee tres mecanismos de acción, excelente para manejo de resistencias.
Puede ser aplicado en cultivos de vid, soja y en frutales de carozo y pepita.
Recomendado para programas de Manejo Integrado de Plagas (MIP) debido a su muy baja toxicidad y a su selectividad hacia la fauna benéfica.
Dipel DF presenta una persistencia superior. Su renovada formulación contiene protección contra rayos ULV que evitan la degradación por luz y agentes adherentes que evitan el lavado por lluvias.
Apto producción orgánico SENASA-OMRI.
Presentación: Balde de 5 kg.
En diálogo con Realidad Económica, el especialista aseguró: “Hoy por hoy cuesta mucho tener un producto biológico y sobre todo para la principal plaga que tenemos en Alto Valle, que es carpocapsa. Ese es nuestro caballo de batalla: ofrecer al productor una nueva herramienta para control de plagas de forma biológica con lo cual no tenés restricciones de llegar con residuos a determinados mercados, no aportas otro residuo químico y es totalmente permitido para fruticultura orgánica y convencional”.
Dipel es un producto ya conocido en El Valle, pero no con la tecnología actual. En este contexto Moretti cuenta: “Hace más de 20 años estaba el Dipel común, una formulación no biológica que se usaba para el control del bicho de cesto. Ahora tenemos un relanzamiento orgánico que se amplía para las dos plagas”.
“Es un bacillus thuringiensis, su renovada formulación contiene protección contra rayos ULV que evitan la degradación por luz y agentes adherentes que evitan el lavado por lluvias, inscripto como orgánico, de última generación, totalmente amigable con el medioambiente y la fauna benéfica”, concluyó.