Entrevista Realidad Económica
Caminitti: “Exportamos la mitad de lo que exportábamos hace una década”

El próximo 9 de septiembre se llevará a cabo una nueva edición del “Cherry day“, organizado por la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (CAPCI) para analizar la realidad de un sector. En diálogo con Realidad Económica, el gerente de la entidad, Anibal Caminitti, levantó una bandera de alerta: “Si queremos plantar 50 hectáreas de cereza, no hay plantas en el país”.
¿Cuál es el balance de la temporada pasada?
A diferencia de la pepita la cereza es una fruta que se la cosecha, se embala y se exporta. Se la mantiene como mucho un par de días. La temporada de producción empieza a fines de octubre, en Mendoza, y concluye, la anteúltima semana de febrero, en Los Antiguos (Santa Cruz).
La temporada 20/21 fue récord en volumen exportable para lo que es Argentina con 6.100 toneladas exportadas; en los últimos tres años hemos incrementado los volúmenes de exportación en un 33% y es importante que se sepa que exportamos el 50% de lo que producimos, el resto se maneja en el mercado interno como fruta fresca y, en menor porcentaje, para la industria.
Ha sido una buena temporada, con algunos objetivos que no se pudieron cumplir por heladas en Chubut y Santa Cruz, pero fue buena. No nos podemos quejar, el sector enfrenta el desafío de hacer una temporada en plena pandemia con todo lo que implicó el movimiento de personal desde otras jurisdicciones, el acondicionamiento y los protocolos… todas cuestiones que hay que seguir manteniendo para la próxima temporada.
“El sector de la fruticultura en general ha involucionado tremendamente en Argentina en los últimos 10 años”
¿Cuáles serán los temas del “Cherry Day”?
Este año vamos a abordar un mercado importante para Argentina como es Estados Unidos. Después vamos a trabajar en cuestiones que tienen que ver con el tema del incremento en la superficie plantada, en la productividad, a pesar del momento que se vive en el país y que están frenadas las inversiones, hay movimientos de gente que ya está involucrada y hay demanda de plantas.
La realidad es que no tenemos plantas. Este año estuvimos trabajando viendo los procesos de importación de plantas, hay convenios hechos entre el SENASA y Chile para agilizar la importación desde allá. También Senasa estuvo trabajando para traer plantas desde España. Todo eso lo vamos a estar viendo en el “Cherry day”.
También vamos a ver los varietales; la idea es abrir más la oferta argentina, anticipando la primicia y extendiendo la tardicia.
“La realidad es que no tenemos plantas”
¿La importación de plantas se da por un proceso de reconversión o de incremento de superficie plantada?
La disponibilidad de variedades que tenemos en Argentina, sobre todo para el mercado exportable, son la adecuadas, son las mismas que trabajan nuestros competidores, pero se dan dos cuestiones. La primera es que hay establecimientos que requieren una reconversión a variedades que no son las adecuadas para la exportación y los viveros no alcanzan a satisfacer esta demanda. Por otro lado, se generan proyectos nuevos, en otras regiones del país, algunos con cierta proyección de plantas que no existen en el país. A este contexto hay que sumar la cuestión de ampliar la oferta varietal. Si queremos plantar 50 hectáreas de cereza, no hay plantas en el país.
“Si queremos plantar 50 hectáreas de cereza, no hay plantas en el país”
Y como telón de fondo, el contexto del país…
En la medida que pasan los años, todo se hace más difícil y más grave. El sector de la fruticultura en general ha involucionado tremendamente en Argentina en los últimos 10 años. Exportamos la mitad de lo que exportábamos hace una década.
Esto no es de ahora y son cambios estructurales. En la medida en que no haya cambios a nivel nacional, cambios que acompañen la inversión y el desarrollo con adecuación de leyes laborales que incentiven el trabajo genuino, la verdad es que estamos encorsetados en un sistema en el que no se alienta la producción, no se alienta la inversión.
La perlita de la cereza es por la importante demanda del exterior y porque en algunos mercados todavía somos competitivos, pero no por las condiciones que genera Argentina.
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