Entrevista Realidad Económica
Banacloy: «No resisten retenciones ninguna de nuestras economías»
El flamante ministro de Producción de Río Negro, Carlos Banacloy, repasó la realidad del sector productivo de la provincia en diálogo con Realidad Económica.
Aseguró que “nos corrimos del eje industrial”, que el país retrocede año a año, que la producción enfrenta impuestos internos (retenciones) y externos (por la falta de acuerdos comerciales) y disparó: “La única herramienta de coyuntura es aumentar los impuestos a las cadenas productivas y está visto que no da resultados”.
¿Qué lineamientos generales recibió de Arabela Carreras?
Lo primero que nos encomendó la gobernadora fue partir de la nueva Ley de Ministerios y seguir la línea política donde pasamos de un ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, más tradicional, con todas las áreas de la producción rionegrina repersentadas, a un ministerio de Agricultura e Industria, más abarcativo y con el objetivo de sumar valor agregado en el territorio.
Parece que aquél es el punto neurálgico. Estamos trabajando fuertemente, armando un esquema de mediano y largo plazo porque uno pasa por una gestión, pero las producciones son mucho más largas que la gestión de un funcionario. Entonces, con esta generación de valor agregado dentro del territorio en todas las producciones que tenemos en de la Provincia, la idea es darle un Norte de mediano y largo plazo.
En este contexto, ¿cuáles son las prioridades para la fruticultura?
Primero, no perder el eje de la comercialización. El Estado se ha fijado en una política “tranquera adentro” y, muchas veces, nos hemos corrido de lo que era la agenda de promoción y comercialización. Creo que si no seguimos discutiendo la eterna coyuntura, la eterna emergencia, en algún momento a esa emergencia, a esa crisis la tenemos que atender pero con una agenda paralela, donde insertemos la producción. Hoy, hemos perdido 5 kilos per cápita en los últimos seis o siete años dentro de nuestro territorio. Entonces, a veces no tenemos que estar mirando lo que pasa en el mundo, sino en nosotros. Esos 5 kilos son millones de manzanas que, si el mercado las estuviera exigiendo, no estarían y hay que buscarlas en otro lado. Entonces, creo que nos hemos corrido fuertemente de una agenda donde hay un consumidor que hoy está con mucha mayor información. La fruticultura tiene un camino que es insoslayable sobre el consumo saludable.
“No resisten retenciones ninguna de nuestras economías”
El mundo está consumiendo cosas permanentemente. Creo que en frutas, hortalizas, verduras hay un camino muy grande para trabajar. El Estado no se puede correr de esa agenda. Si uno analiza desde la provincia de Río Negro o Neuquén, ambas provincias productoras, en cualquiera de los dos casos es difícil que la gente identifique las variedades de pera o los clones de manzana roja. Apenas distingue una manzana roja de una verde. No tenemos ni siquiera incorporadas las variedades, cosa que el pueblo mendocino logró hacer por medio de una especificación y la gente hoy sabe que hay un Malbec, un Pinot Noir y varietales, no es solamente vino tinto.
“Creo que esa visión agroindustrial la tenemos que recuperar fuertemente con políticas de Estado claras”
La fruticultura en eso tiene mucho que recorrer, mucho por trabajar para mostrar que hay muchísimas alternativas, inclusive desde la industrialización. Nosotros nos hemos corrido fuertemente del eje industrial, hemos perdido cualquier capacidad industrial que teníamos. En la zona teníamos más de 13 jugueras, hoy quedaron cuatro; y también de la industria de la sidra. La provincia tenía 17 sidras y hoy quedan siete u ocho.
Tenemos que recuperar la visión agroindustrial con políticas de Estado claras, y una macroeconomía de mediano y largo plazo que permita algún tipo de previsibilidad a este tipo de economías que son de largo plazo.
Cuando uno piensa en un cultivo de frutos secos, piensa que a los 10 años va a estar en cosecha plena. Pero, pasaron seis ministros, cuatro gobiernos y dos cambios de lineamientos económicos en el medio. Así, se hace muy difícil desarrollarse, sin una macroeconomía que de algún grado de previsibilidad.
¿Cómo se logra una fruticultura rentable con la macroeconomía inestable?
En los momentos en que tenemos competitividad -en algunos casos, por tipo de cambio- tenemos que tratar de hacer mejoras que, a veces, no las hacemos porque la competitividad llega de golpe. Tenemos que buscar la competitividad a mediano y largo plazo y ése es el principal objetivo. Y, a lo mejor, hay que pensar en un acuerdo de la misma manera que se está pensando Vaca Muerta, en una economía regional.
“La integración es clave para hacer grandes negocios (…) Compartir la tecnología, compartir las herramientas, asociarse, integrarse”
Claro, el sector de hidrocarburos ha logrado trabajar en conjunto.
Sí, ese sería un punto estratégico, pero al productor le cuesta relacionarse, le cuesta compartir. En El Valle, a veces, no compartimos una pala de punta y después queremos compartir una cooperativa. Creo que ése es un gran desafío: la integración, que es clave para hacer grandes negocios. Compartir la tecnología, la compra de insumos o las herramientas, algo que hoy es muy necesario en centros como el nuestro, donde la incorporación de tecnología es una inversión muy grande. Hay que asociarse, integrarse. Muchas veces así se logra ser competitivo.
¿Cómo está El Valle en la cuestión sanitaria?
Una de las propuestas que tenemos desde hace muchos años es una reconversión productiva. Sabemos que la sanidad no sólo llega con la incorporación de agroquímicos, sino también con no tener montes con frutales abandonados. Ese es el gran desafío hoy. En cuanto a sanidad hemos instalado programas como el de agroquímicos, facilitando una línea de créditos a tasa cero para que el productor pueda llevar a cabo su programa sanitario. La provincia ha hecho un aporte de más de 30 millones de pesos en dos programas de erradicación voluntaria y se han instalado líneas para forraje a tasas completamente subsidiadas.
Hay una política de Estado pero esto no es inmediato, es un proceso. Hay muchas chacras que están en proceso de sucesión desde hace muchos años, otras que especulativamente no quieren hacer nada porque en algún momento también les llega la urbanización. Este es el gran escollo que tiene El Valle.
“Estamos trabajando fuertemente, armando nuestro esquema de mediano y largo plazo porque uno pasa por una gestión donde las producciones son mucho más largas que la gestión de un funcionario”
Hoy, esas chacras se van transformando y convirtiendo en urbanizaciones y sabemos que, posiblemente, esas hectáreas no vuelven a se productivas nunca más. En eso también necesitamos un plan urbanístico integral que no se piense solamente desde cada localidad o en su beneficio, sino en la integración de El Valle como un valle productivo, porque después vemos los canales sin atención, con un barrio de por medio entre chacra y chacra. Es un tema no menor y que hay que abordarlo con políticas de Estado claras.
En cuanto a la ganadería, la provincia ha tenido el mayor crecimiento de stock bovino en el país, ¿cuál es la perspectiva en la nueva coyuntura macroeconómica? ¿Cree que seguirá esta tendencia?
Sí, pero hay que optimizar el recurso. No podemos desperdiciar el alimento y agua sin tener un nivel de destete adecuado. No podemos tener un stock importante de vientres sin stock de destete o el mismo nivel de industrialización de lo que tenemos como vientre. El gran desafío es optimizar y garantizar la preñez y ese es un trabajo muy importante a desarrollar desde la Secretaría de Ganadería. Tenemos que hacerlo más eficiente, llevar la eficiencia a la máxima expresión, y es el gran desafío del futuro porque los recursos van a ser obviamente, más escasos.
Por ejemplo, el tema del agua. Es un tema muy complejo y que hay que abordar, pero sin irnos muy lejos. No hay que mirar a Australia o África. Hay que mirar a la Argentina, la situación de Mendoza, si ir más lejos. El agua es un recurso que cada vez se va a hacer más difícil obtener. Sigue creciendo la población, con lo cual, el punto crítico es cómo hacer la actividad cada vez más eficiente para todos los productores.
“La única herramienta de coyuntura es aumentar los impuestos a las cadenas productivas y está visto que esto no da resultados”
Hasta ahora el crecimiento de stock se dio en un marco de equilibrio entre el pastizal natural y la carga de los campos. ¿Se podrá mantener ese equilibrio?
Eso es, también, un tema de manejo y hay que focalizarlo en la capacitación que cuesta muchísimo en todos los estratos productivos. No es un tema menor y, claramente, hay que abordarlo.
Si tuviera que plantear, en pocos minutos, cuál es el panorama de la pesca, ¿que diría?
Es poco valorada y tenemos poca inserción en el mercado doméstico, como pasa con otras producciones como la agricultura o con otros productos que comercializamos desde Río Negro. Este un producto de muchísima calidad pero no tiene inserción dentro del consumo cotidiano o dentro de la gastronomía. Hoy tenemos productos emblemáticos como el langostino, que es un producto muy bueno y valorado a nivel internacional, pero con poca inserción en el mercado doméstico. Y también es esto: un requerimiento a nivel industrial, con un valor agregado que nos permita tener estabilidad comercial todo el año.
“Hay un consumidor que hoy está con mucha mayor información, creo que la fruticultura tiene un camino que es insoslayable sobre el consumo saludable”
Nosotros comercializamos muy fuerte cuando tenemos la pesca, después el resto del año no podemos abastecer la demanda y eso requiere inversiones dentro de la industria. Un súper congelado, eso es un valor agregado para lo que no es el filet de exportación y el pequeño calibre como las hamburguesas, las nuggets o distintos productos para llegar. Hoy, en los comedores no tenemos la incorporación de ese producto.
Precisamente esa es una incorporación que sí se hizo con la fruta, ¿no?
Es un inicio de un cambio que, si no empezamos por casa, es muy difícil de lograr. Hoy estamos trabajando fuertemente la tarjeta social de Nación para poder incorporar todos estos productos. Empezamos con peras y manzanas.
De cara al gobierno nacional, ¿se presentará un reclamo en relación a las retenciones a la fruticultura?
El planteo siempre ha sido el mismo. Nuestras economías no resisten ningún tipo de retención. Esto ha sido planteado, no importa cuál sea el gobierno ni la bandera de turno. Cada retención que se incorpora a una nueva actividad, es una inversión menos y deja de multiplicar dentro de todas las actividades. Nosotros hemos sido defensores, especialmente de las economías regionales, donde sabemos que hay muchísimas dificultades y cada una de esas retenciones hace que se pierda competitividad. No se olviden que no tenemos buenos acuerdos comerciales, con lo cual tenemos impuestos internos y externos. Entramos a todos los países con imposiciones muy altas, sumado a retenciones, dejamos de ser competitivos. No resisten retenciones ninguna de nuestras economías.
¿Qué respuestas reciben ante el planteo?
Entendemos que hay un déficit fiscal que hay que atender y lo primero que dicen los gobiernos es que va a haber una orden de prioridades y queda en agenda. También entendemos que hay que revisar gran parte del gasto público, hacerlo más eficiente, pero que no sea la única herramienta de coyuntura aumentar los impuestos a las cadenas productivas porque está visto que no da resultados. Cuando uno mira y analiza lo que producíamos y exportábamos en todas las áreas, nos damos cuenta de que vamos retrocediendo. En este retroceso creo que es clave entender que sin un poder de inversión de centros privados se hace muy difícil poder desarrollar. Hoy la exportación es clave para poder tener divisas e ingresos.
Escuchá la entrevista completa a Carlos Banacloy
Redacción: Carla Barbuto
producción: Cecilia Russo
Fotos: Gentileza Prensa Ministerio de Producción