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Entrevista Realidad Económica

La industria en crisis: la producción bajó 5% en marzo

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El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) confirmó en las últimas semanas una caída del 5% en el Índice de Producción Industrial (IPI) durante el mes de marzo, en comparación con febrero. La cifra consolida una tendencia preocupante para la industria argentina, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que vienen enfrentando un escenario adverso desde inicios de 2024.

Marcelo Fernández, presidente de la Confederación Empresaria de la República Argentina (CGERA), dialogó con Realidad Económica para analizar los desafíos actuales y las perspectivas del sector. “Lo importante de este número es que es oficial, y eso elimina cualquier especulación política. Refleja la crisis que atraviesa la industria”, advirtió.

Según Fernández, la preocupación no es nueva. La baja en el uso de maquinaria, la caída de la producción y el retroceso del consumo son señales de una política económica que, asegura, perjudica a los sectores productivos.

“Venimos alertando sobre esto desde hace tiempo. Lo que estamos viviendo hoy no parece ser un descuido, sino una decisión política. Y es un debate que la sociedad debe darse: ¿es este el modelo que queremos seguir?”.

Para el dirigente empresarial, el problema no se limita únicamente a la coyuntura económica. También hay una autocrítica al interior del sector industrial. “Durante muchos años no supimos construir una propuesta común ni plantear políticas claras. Nos protegieron y no supimos aprovecharlo: aumentamos precios, descuidamos la competitividad y ahora estamos pagando las consecuencias”, reconoció.

 “Hay empresarios que apostaron, que hipotecaron sus casas para invertir y desarrollar tecnología. Y hay otros que vivieron de un mercado cautivo. Esa lógica ya no va más. Lo que vale 6 no se puede cobrar 25. Tenemos que apostar al volumen, a ganar por escala, no por márgenes abusivos”.

El titular de CGERA también se refirió a la necesidad de un diálogo real con el Gobierno. Si bien reconoció que algunas medidas macroeconómicas ayudaron a controlar ciertos precios, advirtió sobre el costo social de esta estrategia.

“Facilitar importaciones para bajar precios puede dar resultados a corto plazo, pero genera desempleo y destruye capacidad productiva local. ¿Qué va a pasar cuando queramos reconstruir lo que hoy estamos perdiendo?”, se preguntó.

Otro de los temas centrales en la entrevista fue la falta de una política industrial sostenida. “Cada nuevo gobierno cambia las reglas de juego. No se puede invertir a 20 años si cada dos te cambian las condiciones. Necesitamos previsibilidad y una visión a largo plazo. Y sobre todo, una propuesta industrial clara, consensuada entre empresarios, trabajadores y el Estado”, subrayó.

Fernández también cuestionó la desigual distribución territorial de la industria en el país. “Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe concentran casi el 90% de la industria nacional. El resto de las provincias están postergadas. Necesitamos que la actividad industrial acompañe el desarrollo de los recursos naturales y se radique donde se genera el valor, no que todo pase por el centro del país”.

 “Nosotros también tenemos que cambiar. No podemos seguir defendiendo únicamente nuestro metro cuadrado. Hay que pensar en el país, en una industria competitiva, moderna, con productos accesibles para los consumidores. Y para eso, hay que trabajar en conjunto”.

El futuro del sector industrial argentino, según Fernández, dependerá tanto de las decisiones de políticas y económicas como de la capacidad del empresariado para adaptarse y construir una propuesta sólida y federal. El desafío es enorme y el tiempo, limitado.