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Agroindustria

Lanzan el programa de vigilancia y control de la Triquinosis Porcina en Neuquén

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El programa de vigilancia y control de la Triquinosis Porcina en Neuquén se implementará por el período 2024-2027, en un trabajo conjunto encabezado por CIPPA, en coordinación con Centro PyME ADENEU, SENASA, Bromatología, Subsecretaría de Producción, dirección provincial de Fauna; Colegio Médico Veterinario y municipios.

Con el objetivo de vigilar y controlar la enfermedad en los porcinos, se lanzará el programa de vigilancia y control de la triquinosis porcina en Neuquén. De esta manera se intentará evitar la aparición de focos, relevar centros de faena y laboratorios de Digestión Artificial Rápida (DAR), evaluar seroepidemiológicamente a los animales de las áreas seleccionadas, identificar los factores de riesgo ambiental y educar, instruir e informar sobre la enfermedad.

El Secretario de Producción e Industria, Juan Peláez, señaló que desde el gobierno provincial se llevan adelante y se proyectan acciones enfocadas en los cuidados de la población, asegurando alimentos inocuos y confiables. Pero no sólo eso sino también reforzando las medidas preventivas, de buenas prácticas y de educación a los consumidores.

Por su parte, el titular del CIPPA (Control de Ingreso Provincial de Productos Alimenticios), Andrés Piotti López, explicó que “la trichinellosis es una enfermedad parasitaria transmisible por los alimentos. El agente causal es parasito microscópico que se aloja en la carne de la mayoría de los animales carnívoros, omnívoros y algunos herbívoros”.

 

 

Detalló que “es una enfermedad que se transmite al hombre y a los animales únicamente a través del consumo de la carne con triquinas. Esta enfermedad, de no controlarse, puede afectar desde una a varias personas con distintos grados de gravedad e incluso la muerte”.
Precisó que “el ser humano aparte de ser víctima de la enfermedad juega un rol importante, ya sea directa y/o indirectamente en su transmisión, mantenimiento y diseminación. Por eso la prevención de esta problemática tiene aspectos previos a la etapa de consumo, que no solo deben contemplar los tipos de explotación, faena, metodología diagnostica, controles sanitarios de las piaras, características higiénico-ambientales, sino que también se debe atender los métodos de manufactura y comercialización que no siempre se realiza por medio de canales habilitados”.

Para poder cumplir con los objetivos se buscará conformar un Comité de Triquinosis integrado por profesionales que cuenten con los conocimientos necesarios y cada año se realizará un informe de situación, llegando a fines del 2027 con un informe general del programa.

Las actividades previstas son la actualización de datos referentes a la población porcina y estado de criaderos, actualización de datos de faena de mataderos de porcinos de la provincia, recopilación de resultados por la Técnica de digestión artificial rápida (DAR) realizados en municipios, recopilación de resultados por DAR realizados en veterinarias particulares, evaluación serológica sobre una muestra representativa de cerdos adultos, e implementación de charlas informativas sobre la enfermedad.

Antecedentes de brotes

En 1966, la dirección general de Sanidad Animal declaró infectado de triquinelosis al departamento Confluencia. Desde aquel año, la aparición de brotes (personas enfermas) tiene como origen una serie de factores en el cual el ser humano es el principal responsable.

Estos son factores sociales, económicos y culturales que engloban prácticamente todos los desencadenantes que culminaran en la aparición de animales (focos) y personas (brotes) enfermas.

Desde 2004 hubo 13 casos en San Patricio del Chañar por consumo de chacinados de cerdo, 15 casos en Plottier por consumo de cerdo ahumado y asado; 118 casos en Junín de los Andes por chacinados elaborados artesanalmente en un comercio que tenían mezcla de jabalí, cerdo y ciervo.

En 2005 hubo 12 casos en Las Coloradas por consumo de chacinados en un curso de elaboración de productos de cerdo.
En 2012 se registraron 8 casos en Junín de los Andes por consumo de lomos de jabalí cocinados “al disco” y en 2013, en San Martín de los Andes por jabalí ahumado.

En 2023 hubo 15 casos en Centenario.