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Entrevista Realidad Económica

Rasini, de UTHGRA: “La actividad gastronómica ya no puede aguantar más”

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Por Ceci Russo
Desde Bariloche

Desde 1948, todos los 2 de agosto se celebra el Día del Trabajador Gastronómico en conmemoración a la  constitución de la Federación Obrera Argentina de la Industria Hotelera (FOAIH). Desde aquel momento, todos los gremios de las ramas hoteleras y gastronómicas del país se reunieron bajo un mismo nombre. El estatuto se afianzó bajo el nombre de Unión de Trabajadores del Turismo Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA).

En esos 73 años recorridos, por primera vez una pandemia castiga al sector severamente y desde hace un año y medio sufren los golpes de las medidas restrictivas, particularmente por las limitaciones en el turismo. “Este 2 de agosto es simplemente un día para recordar. Porque nos encuentra en un momento de profundas dificultades, sin posibilidades de trabajar, con un Estado que sigue sin entender lo que significa el turismo para nuestra región”, expresó Nelson Rasini, secretario general de UTHGRA Bariloche.

Un día del trabajador gastronómico bastante particular…. ¿Qué reflexión le trae este día?

Para nosotros, en esta realidad, es meramente una fecha recordatoria; para nada podemos decir que es un feliz día después de estar prácticamente un año y medio padeciendo una situación muy complicada.

El sector más castigado es el de los temporarios, los cuales, muchos de ellos, siguen sin recibir ayuda del Estado. A veces, no llegamos a entender por qué tanta burocracia.

 

“No pueden trabajar porque el DNU no lo permite y no pueden recibir ayuda del Estado porque algunos escriben cosas que son incomprensibles”

 

En líneas generales, ¿cuál es la situación hoy de los gastronómicos en Bariloche?

Ahora estamos castigados por la falta de nieve y también el cierre de las fronteras es una complicación para el turismo, pero con esto de que  partir de julio se pudo reestablecer la reapertura de Cerro Catedral, está habiendo un movimiento importante en lo que es el sector de cabañas o bungalows.

La que está complicada es la actividad de turismo estudiantil  que por decreto presidencial está prohibida desde los primeros días de abril y no tiene fecha definida de retorno y con el agravante de que los compañeros que iban a recibir la ayuda nacional, de los $18.000 para junio, julio y agosto, casi un 50% no la recibieron porque una resolución nacional dice que aquel trabajador que de marzo a abril prestó tareas, así sea una semana, se le cayó la cuota. Esto nos encuentra en una situación de mucho enojo, porque sólo pudieron trabajar cinco días y eso los priva de cobrar una ayuda.

Destacan que Bariloche fue uno de los destinos más elegidos durante las vacaciones de invierno, ¿cómo repercute esto en el sector gastronómico?

Se vio un mejoramiento más que nada porque veníamos de mucho parate. Pero el alto porcentaje, esos 1500 trabajadores gastronómicos exclusivamente, están parados cuando normalmente en los últimos meses de junio comenzaban a cumplir tareas y ya estamos en agosto. No pueden trabajar porque el DNU no lo permite y no pueden recibir ayuda del Estado porque algunos escriben cosas que son incomprensibles.

 

“La actividad gastronómica ya no puede aguantar más. Necesitamos lo más urgente volver a trabajar”

 

¿Qué esperan para la temporada de verano?

Nosotros somos partidarios de la vuelta al trabajo. La semana pasada estuvo en Bariloche nuestra máxima autoridad, Luis Barrionuevo, y nos pudimos reunir con la gobernadora Arabela Carreras. Se mostró preocupado por la situación y se puso a disposición para gestionar lo que se tenga que hacer a nivel nacional para que se puedan ir dando las reaperturas. La actividad gastronómica ya no puede aguantar más. Necesitamos lo más urgente volver a trabajar.

El gastronómico jamás estuvo acostumbrado a vivir de un plan, de una ayuda o de una caja. Con mucho orgullo toda su vida trabajó. Si bien los temporarios tenían sus ciclos bien marcados, después de que terminaban su temporada se iba a otra actividad o se seguía con eventualidades. Siempre había algo que te permitía sobrevivir. En esta situación llevamos un año y medio de parate,  prácticamente condenados a la pobreza y a la miseria.

Fuera de la coyuntura, ¿qué se puede destacar del trabajo gastronómico?

Hay mucho profesionalismo, hay mucha predisposición para cuando vienen los visitantes. Es algo que se lleva en la sangre, dar un buen servicio, saber que la buena atención implica que van a seguir viniendo visitantes. Estamos muy bien encaminados en lo profesional. Lamentablemente, nos tocó esta pandemia.